THE LOOK OF SILENCE. Dinamarca-Indonesia-Noruega-Finlandia-Gran Bretaña, 2014. Un film de Joshua Oppenheimer
Después del valioso y triste documental ofrecido por Joshua Oppenheimer hace tres años con The Act of Killing (cuyo comentario crítico fue publicado en la edición del 2 de agosto de 2013), el director aborda el mismo tema en The Look of Silence pero en lugar de tener como protagonistas a los perpetradores del régimen de terror que tuvo lugar en Indonesia a partir de 1966 con la asunción del poder del general Suharto, aquí los protagonistas lo constituyen los parientes de las víctimas del atroz genocidio. De este modo el realizador ha intentado, y notablemente logrado, analizar y explorar cómo la sociedad en su conjunto ha podido vivir en una atmósfera de miedo y silencio durante el último medio siglo.
Ciertamente, el siglo pasado fue testigo de flagrantes crímenes contra la humanidad, entre ellos el más horrendo ha sido el del Holocausto de la Segunda Guerra; sin embargo, sus victimarios –salvo los que han logrado huir- posteriormente tuvieron o recibieron el castigo merecido y por supuesto nadie podría imaginar un escenario donde los nazis siguiesen conservando el poder. En el caso de Indonesia, la situación es totalmente diferente por cuanto los asesinos que perpetraron el régimen de terror gozan de total impunidad y para peor muchos de ellos aún siguen dominando los destinos del país.
Para este film, Oppenheimer se concentró en una familia de sobrevivientes tomando como referencia a Adi, un optometrista de 44 años de edad que aún no había nacido cuando en 1966 los escuadrones paramilitares mataron a su hermano Ramli, dejando en completo estado de angustia y consternación a sus empobrecidos padres.
Colaborando con el realizador, Adi se propone identificar a los asesinos de su hermano para determinar cómo murió, como así también conocer de qué forma ellos justifican los crímenes cometidos. Así, en un momento de gran tensión él llega a confrontar a algunos de sus ejecutores pidiéndoles que acepten la responsabilidad de sus acciones. Sin duda, el optometrista adoptó un gesto decididamente audaz teniendo en cuenta la peligrosidad y riesgo que estaba asumiendo al enfrentarlos; sin embargo, ocultando sus emociones evita emplear un tono agresivo o belicoso para en cambio valerse de suficiente paciencia y recato frente a lo que estaba escuchando, donde logró en cierto modo la empatía de sus bestiales interlocutores.
Al propio tiempo indigna saber que en la escuela a la que asiste el hijo de Adi, se alecciona a los alumnos al ser enseñados que las víctimas eliminadas lo fueron por haber sido consideradas comunistas y que esas ejecuciones han servido para preservar la democracia.
Fundamentalmente, esta película en forma visceral y nada complaciente considera cuál es el legado de la masacre que afecta al pueblo indonesio en medio de una atmósfera de temor donde se impone la mirada del silencio.
Además de sus valores cinematográficos, tanto Oppenheimer como los miembros del equipo de filmación –cuyos nombres permanecen anónimos‑, han logrado un documento excepcional que constituye un recordatorio sobre la verdad de los hechos del reciente pasado así como una severa advertencia para que acontecimientos como éstos no vuelvan a repetirse en el futuro. De este modo queda un importante testimonio para que a través del mismo el mundo se imponga de esta desgracia donde sus perpetradores constituyen el lado siniestro de la naturaleza humana.
Conclusión: Como lo fuera The Act of Killing, The Look of Silence constituye para el espectador una experiencia psicológicamente catártica. He aquí, un documento que por su contenido –aunque cruel y doloroso- así como por su impecable realización es altamente recomendable. Jorge Gutman