THE BIG SHORT. Estados Unidos, 2015. Un film de Adam McKay
El colapso económico de 2008 que ya fue abordado por el cine vuelve a ser considerado en The Big Short del realizador Adam McKay. El film que está basado en el fascinante libro The Big Short de Michael Lewis, adaptado para el cine por McKay y Charles Randolph, transcurre desde 2005 hasta 2008 y se centra en la real experiencia de cuatro hombres visionarios que consideraron que la burbuja del crédito y la vivienda que tuvo lugar en los Estados Unidos conduciría a un colapso financiero y económico a pesar de que las grandes instituciones financieras se negaron a admitirlo.
Uno de los “videntes” es Michael Burry (Christian Bale), un ex neurólogo sufriendo del mal de Asperger, que creó el exitoso fondo de inversión Scion Capital. En 2005 él ya notaba la debilidad experimentada por el mercado inmobiliario así como la vulnerabilidad producida por los créditos hipotecarios de alto riesgo asumidos por los bancos. Su intuición lo induce a actuar en contra de la tendencia del mercado comprando permutas de incumplimiento crediticio (credit default swaps) y sobre todo bonos hipotecarios muy riesgosos que a la postre le reportaron una gran fortuna.
Otro de los personajes es Mark Baum (Steve Carell), un gerente de fondos de cobertura criticando las prácticas poco éticas de Wall Street que rehúsa reconocer el desastre financiero que se está gestando. Cuando llega a contactarse con el banquero Jared Vennett (Ryan Gosling), quien es también el narrador de la historia, éste le convence de que pueden enriquecerse apostando contra los bonos hipotecarios emitidos por los bancos. El cuarto visionario es Ben Rickert (Brad Pitt), un retirado trader escéptico y de gran lucidez que aconseja a dos aspirantes operadores (Finn Witrock, John Magaro) la forma en que pueden beneficiarse del inminente colapso.
A pesar de su trasfondo dramático, esta historia es narrada en tono de cínica comedia donde McKay mantiene un buen ritmo. Sin embargo, teniendo en consideración que el lenguaje financiero abarca casi todo el metraje, el problema de este film radica en la terminología técnica empleada donde términos como “shorts”, “credit default swaps”, “CDO” (Collateralized Debt Obligation) y otros, no resultan fáciles de captar para el espectador corriente; así, no se logra comprender con toda claridad cómo la burbuja crediticia constituyó la causa explosiva de la crisis económica.
Dentro del calificado elenco, Bale ofrece total convicción recreando la personalidad excéntrica de Burry, en tanto que Carell transmite excelentemente la idiosincrasia de una persona que representa la conciencia ética de este drama y que supone con buenos fundamentos que el mundo atraviesa una marcada descomposición moral.
Globalmente considerado, el film crea un sentimiento de frustración al ver cómo los responsables de las finanzas de prestigiosas instituciones financieras han manipulado irresponsablemente el dinero de inversores y accionistas causando la debacle de 2008. Más aún, la sensación de indignación se acrecienta cuando se sabe que muchos de los delincuentes de Wall Street no han sido condenados y están gozando de plena libertad. En tal sentido, esta película es aleccionadora como un llamado de alerta para que esta hecatombe no vuelva a repetirse. Jorge Gutman