LOUDER THAN BOMBS. Noruega-Francia-Dinamarca, 2015. Un film de Joachim Trier
El director noruego Joachim Trier vuelve al cine con un tema que ya ha sido tratado en múltiples oportunidades; sin embargo, la muerte de un miembro de la familia y las secuelas producidas en el resto de sus integrantes cobra aquí una dimensión diferente a través del enfoque brindado.
En el relato del realizador escrito con Eskil Vogt, el familiar desaparecido es Isabelle Reed (Isabelle Huppert), una fotógrafa de guerra que murió hace tres años en un accidente (provocado o no) a cercana distancia de su hogar, en el estado de Nueva York. Es en el tiempo actual, que se está planeando una exposición fotográfica de su trabajo como homenaje póstumo a su memoria, lo que unido a un artículo que va ser publicado sobre ella en el New York Times por quien fuera uno de sus colegas (David Strathairn) reabre las heridas aún no cicatrizadas de Gene, su viudo (Gabriel Byrne) y sus dos hijos, Jonah (Jesse Eisenberg) y Conrad (Devin Druid).
A partir de lo que precede Trier analiza en forma meticulosa aunque no lineal las grietas existentes en el núcleo familiar puestas de manifiesto por la muerte de Isabelle. Así se sabe que ella ha sido una ardua profesional cuya devoción a su trabajo motivó a que fuese prioritaria a la de su función de esposa y madre de sus hijos. Ese hecho implicaba por otra parte a que Gene que si bien nunca se opuso a la peligrosa tarea desempeñada por su mujer, tampoco podía evitar su frustración de que no estuviese más tiempo en el hogar o bien de sentir permanentemente el temor a que en cualquier momento pudiese morir en el campo de batalla; por el contrario, él prefirió sacrificar su carrera de actor con tal de estar más cerca de su familia. Todo este marco de referencia ha repercutido en la dificultosa comunicación mantenida con sus hijos, sobre todo con el menor adolescente Conrad quien introvertido y solitario pasa la mayor parte del tiempo encerrado en su pieza junto con sus videojuegos. Jonah por su parte, que es casado y acaba de tener un hijo, retorna al hogar de sus padres a fin de ordenar las fotografías de su madre y es ahí que descubre secretos íntimos de su progenitora.
Utilizando distintivos estilos que originan a su vez diferentes percepciones e impresiones erróneas por parte de cada uno de los miembros de esta familia, el director va desnudando la disfuncionalidad de la misma a medida que los conflictos existentes van adquiriendo mayor dimensión. Es ahí donde uno de los desafíos que enfrenta el relato es cómo afirmar la solidez de esta familia para que –como lo indica el título del film- el amor pueda llegar a ser más fuerte que las bombas de los conflictos bélicos.
El único reparo de este film complejo y ambicioso es que analizando el duelo producido por la ausencia de un ser querido el director mantiene en su narración un perfil emocional demasiado bajo; eso crea una distancia considerable entre el espectador y los personajes impidiendo una mayor empatía con los mismos. Jorge Gutman