THE ZOOKEEPER’S WIFE. Estados Unidos, 2016. Un film de Niki Caro
Son incontables las historias que se desprenden de la Segunda Guerra Mundial donde se van conociendo nuevos episodios que realmente ocurrieron y que sin embargo no llegaron a ser difundidos. Es por ello que resulta de gran interés el drama que relata la directora neozelandesa Niki Caro sobre lo acontecido en Polonia desde los meses previos al inicio del conflicto hasta un año después de haber finalizado el mismo.
Basándose en el libro homónimo de Dane Ackerman publicado en 2007 y con la adaptación realizada por la guionista Angela Workman, Caro narra en The Zookeeper’s Wife la altruista labor de un admirable matrimonio que durante el Holocausto adopta la misma conducta de Oskar Schindler; en este caso se trató de proteger la vida de 300 judíos que podían haber sido exterminados en el gueto de Varsovia.
La acción transcurre en la capital de Polonia donde Antonina (Jessica Chastain) junto con su marido Jan Zabinska (Johan Heldenberrgh) son los encargados de operar un zoológico de la ciudad. La tarea es proteger a los animales como así también cuidar que todo marche adecuadamente con la visita que la gente efectúa al lugar. El comienzo irradia frescura contemplando el gran amor y ternura que Antonina prodiga a las bestias que llegan a reconocerla muy bien y saben que cuentan en ella a una gran amiga; eso se pone de manifiesto cuando una noche, en una reunión social en que se hallaba abandona la misma para salvar a un pequeño elefantito de morir sofocado, respondiendo de este modo al desesperado pedido de auxilio de la mamá elefante.
Después de la calma sobreviene la tempestad cuando el 1 de septiembre de 1939 Alemania invade Polonia; al ser arrasada Varsovia, el violento impacto repercute en el zoo con el espanto que experimentan los animales donde sus vidas al igual que la de los seres humanos altamente peligran. Frente a dicha situación, Antonina y su esposo logran albergar en el hogar que se encuentra dentro del zoológico a numerosos judíos polacos que habitando en el gueto son contrabandeados por Jan recurriendo a una ingeniosa estrategia. Ese acto de generosidad y coraje es realizado manteniendo el cuidado necesario a fin de no despertar las sospechas de Lutz Heck (Daniel Brühl), un zoólogo oficial nazi que aprecia a la pareja y que además se siente atraído hacia Antonina.
Lo que sigue a través de los años no es más que volver a reflejar las atrocidades de los nazis al propio tiempo que mostrar cómo Antonina junto a Jan y los judíos protegidos viven en continúa tensión frente al peligro de ser descubiertos por los militares alemanes estacionados en el zoológico y sobre todo por la peligrosa presencia de Heck.
Una de las escenas más emotivas del film se produce cuando el 19 de abril de 1943 las fuerzas nazis demuelen el gueto y al propio tiempo se contempla cómo los judíos celebran el séder de la pascua judía en el hogar de la familia Zabinska.
La buena realización de Caro unida a la encomiable interpretación de Chastain y del buen elenco que la rodea permiten que esta historia de abnegado heroísmo, sin llegar a niveles de excepción, logre emocionar. Jorge Gutman