6 DAYS. Nueva Zelandia-Gran Bretaña, 2016. Un film de Toa Fraser
El realizador británico Toa Fraser recrea en 6 Días la toma de 26 rehenes realizada por un grupo terrorista en la embajada iraní de Gran Bretaña ubicada en Londres desde el 30 de abril hasta el 5 de mayo de 1980.
La invasión perpetrada por 6 fanáticos indIviduos pertenecientes a un movimiento iraní separatista –“Frente Revolucionario Democrático para la Liberación de Arabistan”- liderados por Salim (Ben Turner), tenía como propósito conseguir que el gobierno de Irán liberase a 91 prisioneros políticos árabes. El director valiéndose del guión de Glenn Standring describe desde el primero hasta el sexto día el desarrollo de los acontecimientos que se venían sucediendo donde los terroristas amenazaron con ir ejecutando a los rehenes si no se satisfacía lo que ellos demandaban.

Mark Strong
En la narración de las sucesivas jornadas de este cautiverio el relato se centra en tres protagonistas. El más importante es Max Vernon (Mark Strong), un comisario inspector de la policía metropolitana de Londres que se desvela tratando de negociar telefónicamente con Salim una salida no violenta al conflicto; lamentablemente él no llegará a concretar su propósito. El otro personaje destacable es Kate Addie (Abbie Cornish), una periodista de la BBC que informa a la población sobre lo que está ocurriendo. Finalmente se encuentra Rusty Firmin (Jamie Bell), quien como responsable de liderar el Special Air Services (Servicio Aéreo Especial) de Gran Bretaña, aguarda instrucciones para tomar por asalto el edificio de la embajada en el caso que no se llegara a un acuerdo pacífico con los secuestradores, como finamente así ocurrió.
Tal como está presentado el film es meramente informativo y en ese aspecto reside su debilidad al no ofrecer elementos adicionales que pudieran distinguirlo. Así, el relato no brinda los antecedentes justificativos sobre el descontento de los terroristas que motivó su conducta violenta. Tampoco queda claro vislumbrar de qué manera Gran Bretaña podría haber persuadido a las autoridades iraníes para satisfacer la voluntad del grupo armado. Otro aspecto importante es que la mayor parte del relato se concentra en la negociación realizada por Vernon sin que se aprecie lo que en esos momentos acontecía en las altas esferas del gobierno británico; en tal sentido solamente en las últimas escenas se oye la voz de la Primer Ministro Margaret Thatcher quien no está dispuesta a ceder a los requerimientos del grupo armado.
Por lo que antecede, este docudrama sólo se limita a relatar epidérmicamente los dramáticos acontecimientos sin explorar con cierto nivel de profundidad el contexto geopolítico de la época; eso es muy importante si se tiene en cuenta que en esos aciagos días continuaba el grave conflicto de los 46 diplomáticos y ciudadanos americanos tomados como rehenes en la embajada estadounidense de Teherán.
Teniendo en cuenta las objeciones señaladas, a diferencia de lo que Steven Spielberg brindó excelentemente en Munich (2005) y Ben Affleck en Argo (2012) sobre temas similares, este film se deja ver pero sin trascender al no agregar algo nuevo a lo ya conocido. Jorge Gutman