SHALOM MONTREAL
Una exposición que resalta la participación de los judíos enriqueciendo la cultura de Montreal durante el siglo pasado es lo que presenta el Museo McCord desde el 3 de mayo hasta el 11 de noviembre próximo bajo el nombre de Shalom Montreal-Historias y Contribuciones de la Comunidad Judía.
Cumpliendo con su misión de ilustrar la historia social de esta ciudad esta exposición es remarcable en cuanto a lo que aquí se puede apreciar a través de instalaciones mulmedias que están divididas en cinco secciones, cada una de las mismas encarando un tema diferente.
Después de palabras de bienvenida de la escritora y periodista judía Elane Kalman Naves, relatando su llegada a Montreal y aspectos relacionados con su vivencia en la misma, el público asiste a la sección siguiente que se refiere al movimiento migratorio de los judíos a esta ciudad. Si bien la inmigración de esta colectividad se remonta al siglo 18 el verdadero flujo se produce entre 1905 y 1914 dentro del marco de las turbulencias nacionales que asomaban en Europa, especialmente en Rusia. El segundo fuerte movimiento migratorio se produce después de la Segunda Guerra.
A pesar de que los recién llegados debieron realizar grandes esfuerzos por desconocimiento del idioma, ya que el idish era su lengua madre en la mayoría de los casos, lograron superar y adaptarse a las duras condiciones existentes a través del esfuerzo y perseverancia que los animaba en las acciones que emprendían. . Con todo, la exposición deja a un lado cualquier complacencia para dejar resaltado el fuerte antisemitismo existente en la ciudad durante las primeras cuatro décadas del siglo 20. Así estremece leer la página de tapa del diario Le Goglu de Montreal del 11 de abril de 1939 donde su principal titular es “Quebec librado a los judíos” expresando el menosprecio a esta colectividad; no menos dramático es lo que se aprecia en la fotografía de un poster ubicado en los Laurentians “Cristianos solamente. No se permiten judíos”; pero la nota más cruel y virulenta es la marcha organizada por el antisemita fascista Adrien Arcand, reportero del diario La Presse, repudiando a los judíos.
Avanzando en los salones del museo dedicado a esta muestra se pueden apreciar objetos que acompañaron a los inmigrantes judíos a través del periplo realizado; entre algunos de los mismos se destacan un rollo de escritura de la Torá de fines del siglo 19, una interesante napa confeccionada por 50 jóvenes huérfanas y una muñeca llamada Toniska de la década del 40.
La siguiente unidad temática es sin duda alguna la más importante en cuanto a que reseña el valioso aporte que los inmigrantes han efectuado en diferentes sectores de esta urbe multicultural. En materia arquitectónica sobresale la obra del arquitecto y gran visionario israelí Moshe Safdie por el planteamiento habitacional de Habitat 67 como un ejemplo a tener en cuenta para solucionar los problemas habitacionales de Montreal, como así también la participación de Max Kalman quien diseñó numerosos proyectos comerciales, residenciales e institucionales en Quebec, antes y después de la Segunda Guerra, enriqueciendo el paisaje urbano de Montreal citando como ejemplo la Salle Rose del Mile End y el supermercado 5 Saisons del barrio de Outremont.
El antisemitismo a que se ha hecho referencia anteriormente motivó a la creación del Hospital General Judío de Montreal en 1934 para que los graduados judíos, excluidos de otros centros hospitalarios, encontrasen el lugar apropiado para desempeñar sus funciones. En tal sentido cabe señalar que además de distinguirse como uno de los mejores de Montreal siempre ha mantenido sus puertas abiertas a pacientes de todas los credos religiosos y culturales. En tal sentido la exposición remarca la labor de muchos de sus brillantes facultativos por la contribución científica realizada a partir de las investigaciones efectuadas por sus miembros, citando como ejemplo a los doctores Mark Wainberg y Ronald Melzack.
No menos importante ha sido el modo en que los judíos se involucraron en el sector económico de la ciudad con exitosos resultados. Así, en lo que concierne a la confección de vestimentas han creado importantes emporios comerciales además de producir prendas de reconocidas marcas originadas por las compañías Le Chateau, Parachute y Canadelle, entre otras. En materia gastronómica cualquier turista que llega a la ciudad no deja de saborear los especiales beigels o la carne ahumada (smoke meat) de Montreal, típicamente originados por los judíos que llegaron a Montreal; asimismo se puede apreciar el legendario Wilensky’s Light Lunch Restaurant del Mile End de Montreal.
La exposición igualmente se destaca por exhibir pinturas de los artistas judíos Louis Muhlstock, Moe Reinblatt, y Jack Beder, así como la contribución literaria de Irving Layton, la máquina de escribir del emblemático Mordecai Richler, así como un gramófono ideado por Émile Berliner.
La música ha sido otra importante manifestación cultural aportada por los judíos de Montreal, ya sea reinterpretando el género Klezmer o explorando nuevas dimensiones estéticas como el renacimiento de la música judeo-andaluza, destacando a compositores y letristas de canciones, quienes como Leonard Cohen brindaron una efervescencia única a la ciudad.
Esta importante muestra concluye con una instalación multimedia documental donde 14 jóvenes judíos que viven en esta ciudad comparten su visión sobre sus vivencias en la misma, el aporte a la colectividad y fundamentalmente la apreciación de lo que hoy día significa ser Judío en Montreal.
Para concluir esta nota es necesario destacar que se desarrolla un variado número de actividades incluyendo proyecciones de películas alusivas, conferencias, así como conciertos de inspiración judía. A fin de conocer con más detalle lo concerniente a esta muestra y a las actividades complementarias presione aquí: