No tan Imposible

MIS­SION: IMPOS­SI­BLE — FALLOUT. Esta­dos Uni­dos, 2018. Un film escri­to y diri­gi­do por Chris­topher McQuarrie

Tan­to el direc­tor Chris­topher McQua­rrie como Tom Crui­se son los prin­ci­pa­les artí­fi­ces para que esta sex­ta aven­tu­ra de la serie Mis­sion: Impos­si­ble ini­cia­da en 1996 logre supe­rar a las anteriores.

Tom Crui­se

La exce­len­te rea­li­za­ción y las increí­bles proezas físi­cas de Crui­se con­fie­ren al film un esplen­dor úni­co en tér­mi­nos de acción a pesar de que se asis­te a una entre­ve­ra­da e implau­si­ble historia.

Crui­se vuel­ve a encar­nar a Ethan Hunt quien al fren­te de la Fuer­za de Misión Impo­si­ble (FMI) cuen­ta con la cola­bo­ra­ción de sus lea­les com­pin­ches Ben­ji (Simon Pegg), el exper­to tec­nó­lo­go, y Luther (Ving Rha­mes), el espe­cia­lis­ta en bom­bas. Cuan­do en una ope­ra­ción des­ti­na­da a recu­pe­rar tres poten­tes armas nuclea­res la mis­ma lle­ga a fra­ca­sar, Hunt y su equi­po se embar­can de mane­ra encu­bier­ta en una misión ten­dien­te a ubi­car y apo­de­rar­se del explo­si­vo mate­rial nuclear antes de que lle­gue a manos de una orga­ni­za­ción terro­ris­ta coman­da­da por el sinies­tro Solo­mon Lane (Sean Harris) quien está dis­pues­to a des­truir a la huma­ni­dad; para dicha tarea el FMI debe acep­tar con reluc­tan­cia la par­ti­ci­pa­ción de August Wal­ker (Henry Cavill), un agen­te de la CIA que los esta­rá con­tro­lan­do en el mane­jo de esta operación.

Lo que ante­ce­de es la excu­sa para que en una carre­ra con­tra el tiem­po Hunt y com­pa­ñía deban tran­si­tar por varias ciu­da­des euro­peas para con­cluir el peri­plo en Cache­mi­ra. A tra­vés de esos esce­na­rios, el espec­ta­dor se encuen­tra estu­pe­fac­to con­tem­plan­do esce­nas de acción que si bien ya han sido vis­tas en innu­me­ra­bles oca­sio­nes, aquí alcan­zan una inten­si­dad supe­rior. Así se lo ve a Hunt esca­pan­do de las fuer­zas poli­cia­les y de sus enemi­gos en las estre­chas calles pari­si­nas mane­jan­do un enor­me camión para des­pués lan­zar­se enlo­que­ci­da­men­te en una moto­ci­cle­ta sin que impor­te la direc­ción del trán­si­to, reco­rrien­do Les Champs-Ély­sées y con­tor­nan­do el Arco de Triun­fo. En Lon­dres empren­de una reco­rri­da a pie al rit­mo de un caba­llo de carre­ra a tra­vés de la Cate­dral de St. Paul para inme­dia­ta­men­te des­pués efec­tuar gigan­tes­cos sal­tos entre las terra­zas de altos edi­fi­cios, arries­gan­do su vida en cada uno de los mis­mos. Si aca­so esas esce­nas son capa­ces de cor­tar el alien­to, el pos­tre se pro­du­ce entre las mon­ta­ñas de Cache­mi­ra don­de nues­tro héroe des­pués de tre­par a un heli­cóp­te­ro en pleno vue­lo ter­mi­na­rá pilo­teán­do­lo para enfren­tar­se con su temi­ble enemi­go con­du­cien­do otra aero­na­ve similar.

Las vis­ce­ra­les esce­nas des­crip­tas cobran remar­ca­ble auten­ti­ci­dad don­de se mani­fies­ta la peri­cia del rea­li­za­dor al haber cons­trui­do las mis­mas con una pre­ci­sión coreo­grá­fi­ca que per­ma­nen­te­men­te están al ser­vi­cio de la acción.

En cuan­to a Crui­se, des­pier­ta admi­ra­ción cons­ta­tar que con sus 56 años de edad ‑apa­ren­tan­do mucho menos- reúna la adre­na­li­na nece­sa­ria para emer­ger triun­fan­te en sus proezas físi­cas; en tal sen­ti­do es nece­sa­rio pun­tua­li­zar que al no acep­tar los dobles, reali­zó casi todos los stunts posi­bles y eso le pro­du­jo en Lon­dres un acci­den­te al sal­tar de un edi­fi­cio al otro. En suma, si no fue­ra actor de cine, como atle­ta podría com­pe­tir en las Olim­pía­das o bien inte­grar como acró­ba­ta el elen­co artís­ti­co del Cir­que du Soleil.

Ade­más de los nom­bres ya men­cio­na­dos en el repar­to se agre­gan los de Alec Bald­win como el jefe de Hunt, Ange­la Bas­sett carac­te­ri­zan­do a la direc­to­ra de la CIA que no con­fía mucho en Hunt, Vanes­sa Kirby ani­man­do a una mis­te­rio­sa Viu­da Blan­ca, Rebec­ca Fer­gu­son como una anti­gua agen­te del MI6 y Miche­lle Monaghan como la ex mujer de Hunt.

Sin duda, este entre­te­ni­mien­to de cali­dad supe­rior per­mi­te avi­zo­rar que habrá nue­vos capí­tu­los de esta popu­lar fran­qui­cia. Jor­ge Gutman