THE WILD PEAR TREE / LE POIRIER SAUVAGE. Turquía-Francia, 2018. Un film de Nuri Belge Ceylan.
Como en la mayor parte de su filmografía, el realizador turco Nuri Belge Ceylan vuelve a ofrecer en The Wild Pear Tree una obra densa de poco más de tres horas de duración que aunque fácilmente accesible, no obstante requiere la concentración total del espectador para captar su riqueza inspirada en gran parte en las obras de Chejov.
El protagonista del relato es Sinan (Aydin Doğu Demirkol), un joven universitario recientemente graduado en literatura que retorna a su aldea natal de Canakkale, cerca de la antigua ciudad de Troy, con la intención de buscar una vía posible para la publicación de su primera obra El Peral Salvaje que da título al film. El encuentro con su familia dista de ser excitante; por una parte su padre Idris (Murat Cemcir), un profesor de escuela adicto compulsivamente al juego, se encuentra agobiado en deudas y por lo tanto está lejos de poder ayudarlo financieramente en la publicación; en cuanto a su madre Asuman (Bennu Yildirimlar), poco feliz y adicta a las telenovelas, no constituye para él un gran estímulo.
Como en sus anteriores trabajos Ceylan trasluce aquí sus condiciones de excelente dialoguista y precisamente son los diálogos que Sinan mantiene con su padre, a pesar de la relación tensa existente entre ambos, los que nutren en gran parte el interés del film. Así, entre otros aspectos, esas largas conversaciones van adentrándose en temas concernientes a la religión, a aspectos intelectuales inherentes a la literatura, a referencias históricas y a ciertos tópicos existenciales que indirectamente brindan al espectador una visión de la sociedad turca..
El notable guión del realizador, escrito en colaboración Ebru Ceylan y Akin Aksu, va reflejando convincentemente el proceso de madurez de su protagonista quien intelectualmente ambicioso comprende el contraste existente entre los grandes centros urbanos y la mentalidad prevaleciente en su aldea natal.
Además de una excelente puesta escénica, Belge Ceylan ratifica su condición de gran director de actores al haber convocado a un calificado elenco donde especialmente se destaca el joven Demirkol dando vida al protagonista que a pesar de su naturaleza pretenciosa, cínica y despreciativa de su padre, logra sensibilizar al público en su aspiración de convertirse en renombrado escritor y sentirse frustrado por no conseguir a alguien que lo auspicie.
Realzando sus intrínsecos méritos, es importante destacar las excelentes imágenes captadas por la fotografía de Gokhan Tiryaki con sus paisajes invernales que transmiten un clima melancólico que en gran medida se asocia al contenido del relato.
Para concluir el presente comentario es importante señalar que quienes no dominen el idioma turco en ciertas ocasiones encontrarán dificultad para seguir sus intensos diálogos por la rapidez en que se suceden los subtítulos. De todos modos, eso no impide disfrutar la excelencia de este bello film. Jorge Gutman