LES MISÉRABLES. Francia, 2019. Un film de Ladj Ly
El fervor patriótico de una nación unida que en París expresa su eufórica alegría al haber ganado en 2018 la Copa Mundial de Fútbol es lo que se aprecia en las primeras imágenes de Les Misérables a través del material de archivo filmado; sin embargo no hay nada para celebrar en lo que se expone a continuación en esta remarcable ópera prima del realizador Ladj Ly quien se basó en su corto metraje realizado en 2016.
Si bien el título del film queda asociado con la inmortal obra homónima de Victor Hugo, el elemento común estriba en que la acción transcurre en Montfermeil, uno de los suburbios de la capital de Francia, cuya realidad social de hoy día no parece haber cambiado mucho de lo que se desprende de la novela.
Es importante aclarar que el realizador de origen africano vivió gran parte de su vida en esa comuna francesa; de allí que el guión por él concebido junto con Giordano Gederlini y Alexis Manenti destila absoluta veracidad.
Una primera visión de Montfermeil resulta desoladora donde se encuentran hacinados inmigrantes africanos ilegales, musulmanes que tratan de imponer sus convicciones religiosas así como niños y adolescentes librados de la mano de Dios con precarias condiciones de vida; en tal sentido no produce gran sorpresa saber que en ese distrito predomina una alta tasa de desempleo con un porcentaje igualmente elevado de pobreza y un nivel de educación que deja mucho que desear. Como consecuencia de ese sombrío panorama ‑estupendamente captado por la fotografía de Julien Poupard- el sistema social imperante en ese ámbito motiva a que sus habitantes vivan en un estado de permanente tensión.
En ese contexto, el realizador narra el accionar de una brigada anti criminal. En la misma participan el recientemente asignado policía Stéphane (Damien Bonnardi), quien debe trabajar con Chris (Alexis Manenti), un abominable oficial racista y su asociado Gwada (Djebril Zonga) oriundo de África que fácilmente se somete a sus instrucciones. Los tres oficiales deben lidiar con varios de los problemas de la zona donde no resulta sencillo aplicar los criterios habituales en un caótico medio ambiente. En consecuencia, el corrupto Chris aplicando un método de mano dura, a pesar de la desaprobación del honesto Stéphane, abusa en forma brutal de su poder generando una intimidación y atropello que el indiferente alcalde local (Steve Tientcheu) es incapaz de controlar.
La dinámica establecida entre los policías y la de éstos con la población local está muy bien lograda por el director quien con gran fluidez conduce el relato hacia un desenlace de sangrienta violencia que deja la impresión de que los hechos vigentes no habrán de cambiar. Con todo, la difusión de este film, que obtuvo el Premio del Jurado en el Festival de Cannes 2019, motivó a que el presidente francés Emmannuel Macron anunciara que su gobierno se apresurará en encontrar ideas para mejorar las condiciones de vida de los barrios marginados.
Por sus méritos, este crudo drama muy bien realizado es uno de los cinco nominados al Oscar de la Mejor Película Internacional de 2019. Jorge Gutman