EMMA. Estados Unidos-Gran Bretaña, 2020. Un film de Autumn de Wilde.
Una vez más llega a la pantalla Emma basada en la novela homónima publicada en 1815 de la bien conocida escritora británica Jane Austen. Habiendo sido objeto de varias versiones cinematográficas, no se justifica este último traslado al cine, sobre todo teniendo en cuenta que no alcanza el nivel decididamente superior de Clueless de 1995 con Alicia Silverstone y el de Emma de 1996 protagonizado por Gwyneth Paltrow. En este caso Autumn de Wilde, una renombrada fotógrafa y realizadora de video clips, en su ópera prima rescata lo esencial del libro pero sin aportar algo diferente.

Anya Taylor-Joy
La adaptación realizada por la novelista Eleanor Catton ubica la acción en la Inglaterra rural de de la época pre victoriana de principios del siglo 19, enfocando a Emma Woodhouse (Anya Tailor-Joy); ella es una joven rica, atractiva, inteligente y presuntuosa de 20 años que más se preocupa en oficiar de casamentera para terceros que interesarse por su propia vida sentimental. Así viviendo con su viudo e hipocondríaco padre (Bill Nighy) por el momento no siente la necesidad de estar ligada a pretendiente alguno.
Después de haber oficiado de mediadora en el casamiento de su institutriz Taylor (Gemma Whelan) con el señor Weston (Rupert Graves), ahora su propósito es el de buscarle candidato a su amiga y protegida huérfana Harriet Smith (Mia Goth); cuando ella se decide por Martin (Connor Swindells), un granjero local, Emma la disuade para que se incline en cambio por Elton (Josh O’Connor) el vicario de la región, que a su vez se siente atraído por Emma.
En los meses que siguen nuestra heroína llegará a infatuarse con el millonario y galante Frank Churchill (Callum Turner) quien se encuentra de visita en Londres pero él está secretamente comprometido con Jane Fairfax (Amber Anderson).
A través de estos galanteos con amoríos no correspondidos, Emma irá adquiriendo mayor sabiduría y humildad para finalmente alcanzar su propio destino sentimental con su cuñado George Knightley (Johnny Flynn), el apuesto caballero y amigo de larga data que siempre estaba a su lado y gustando de ella.
Como comedia de época, el relato dista de ser profundo; así no considera la temática social del período en que transcurre, dejando de lado las diferencias de clase para centrarse únicamente en los vericuetos románticos de sus personajes. En esencia, el film se deja ver sin mayor excitación debido a una trama nutrida de demasiadas idas y venidas que no siempre mantiene interés.
A su favor, el film adquiere inusitada belleza gracias a la magnífica fotografía de Christopher Blauvelt captando los escenarios en que transcurre la historia; también resulta elogiable los diseños de producción de Kave Quinn brindando una magnífica reproducción de época. En cuanto al elenco, Taylor-Joy logra el justo tono como la mimada y consentida joven que mediante su educación sentimental finalmente aprende a involucrarse en lo suyo y no inmiscuirse más en las vidas ajenas; por su parte Goth en la caracterización de su personaje, sin duda el más agradable, conquista la simpatía del público. Jorge Gutman