Comen­ta­rios de Films de TIFF 2020 (3)

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

QUO VADIS AIDA? (Bos­nia y Herzegovina-Austria-Rumania-Holanda-Alemania-Polonia-Francia-Noruega-Turquía)

La direc­to­ra Jas­mi­la Žba­nić con­si­de­ra la sinies­tra gue­rra que por con­flic­tos étni­cos, reli­gio­sos y de exal­ta­ción nacio­na­lis­ta enlu­tó a Bos­nia-Her­ze­go­vi­na en la déca­da del 90.

En un guión que le per­te­ne­ce Žba­nić ubi­ca la acción en julio de 1995 enfo­can­do a Aida (Jas­na Đuričić), una maes­tra bos­nia tra­ba­jan­do como intér­pre­te para las Nacio­nes Uni­das que está a car­go de un equi­po holan­dés esta­ble­ci­do en Srbre­ni­ca. Par­te de los ciu­da­da­nos bos­nios azo­ra­dos por la inva­sión del ejér­ci­to ser­bio se encuen­tran refu­gia­dos en el edi­fi­cio de la ins­ti­tu­ción, mien­tras que otra mul­ti­tud aguar­da en las afue­ras del mis­mo. Aida que es una inter­me­dia­ria y tes­ti­go de las nego­cia­cio­nes rea­li­za­das entre las NU y las fuer­zas ser­bias tra­ta­rá de pro­te­ger a su mari­do (Izu­din Baj­ro­vic) y a sus dos hijos adul­tos (Boris Ler y Dino Baj­ro­vic) que se hallan en el exte­rior del inmueble.

Como es bien sabi­do, el país sufrió una cruel masa­cre don­de muje­res y niños fue­ron des­pla­za­dos a otra ciu­dad bos­nia, mien­tras que los hom­bres habrían de ser sal­va­je­men­te exter­mi­na­dos. En una muy bue­na recons­truc­ción dra­má­ti­ca de los acon­te­ci­mien­tos, la rea­li­za­do­ra trans­mi­te el geno­ci­dio per­pe­tra­do por el coman­do ser­bio debi­do a la fal­ta de orga­ni­za­ción rei­nan­te por par­te de las NU como así tam­bién por la indi­fe­ren­cia polí­ti­ca inter­na­cio­nal que debía haber actua­do y soco­rri­do a una pobla­ción sitia­da don­de 8372 civi­les bos­nios pere­cie­ron. Éste es un paté­ti­co y lace­ran­te docu­men­to denun­cian­do una vez más una de las horren­das tra­ge­dias regis­tra­das en el recien­te pasa­do his­tó­ri­co de Europa.

LIM­BO (Gran Bretaña)

La his­to­ria de refu­gia­dos en pro­cu­ra de un lugar del mun­do don­de vivir mejor es el tema que abor­da el rea­li­za­dor Ben Sha­rrock en su segun­do lar­go­me­tra­je. La acción gira en torno de Omar (Amir El-Masry), un joven sirio y pro­mi­so­rio ins­tru­men­tis­ta del laúd, quien se encuen­tra tem­po­ral­men­te vivien­do en una deso­la­da isla esco­ce­sa aguar­dan­do que las auto­ri­da­des de Gran Bre­ta­ña acep­ten su soli­ci­tud de asi­lo. Jun­to a él se encuen­tran Farhad (Vikash Bhai) que pro­ve­nien­te de Afga­nis­tán es faná­ti­co de Fred­die Mer­cury con quien se hace ami­go ade­más de ser com­pa­ñe­ro de cuar­to, el nige­riano Wasef (Ola Ore­bi­yi) que es faná­ti­co del fút­bol y soñan­do con ser estre­lla de ese depor­te, el ado­les­cen­te Abe­di (Kwa­be­na Ansah) y otros migran­tes huyen­do de regio­nes con­vul­sio­na­das por la gue­rra. Los exi­lia­dos son aten­di­dos por Hel­ga (Sid­se Babett-Knud­sen) y Boris (Ken­neth Collard) quie­nes les sumi­nis­tran cla­ses para per­fec­cio­nar el idio­ma ade­más de con­cien­ti­zar­los cul­tu­ral­men­te para per­mi­tir­les una mejor adap­ta­ción al país anfitrión.

Ade­más de com­par­tir con sus com­pa­ñe­ros la lar­ga espe­ra de la reso­lu­ción adop­ta­da por el gobierno, Omar evi­den­cia una tris­te­za en su ros­tro por no poder prac­ti­car su ins­tru­men­to musi­cal al tener una de sus manos enye­sa­da, como así tam­bién por­que año­ra a su fami­lia con la que se comu­ni­ca fre­cuen­te­men­te por teléfono.

Al exten­der­se lar­ga­men­te el perío­do de esta­día en el lejano con­fín don­de se encuen­tra, sus padres final­men­te le piden que retor­ne a Siria a pesar de los inmen­sos ries­gos que sig­ni­fi­ca­ría ese retorno. Es así que en sus lar­gas cami­na­tas Omar va medi­tan­do sobre su vida pasa­da y sobre lo que el futu­ro habrá de depararle.

Esta his­to­ria ple­na de nos­tal­gia y melan­co­lía y no exen­ta de algu­nas situa­cio­nes con­vin­cen­te­men­te absur­das, com­bi­na ade­cua­da­men­te situa­cio­nes de come­dia con otras dra­má­ti­cas retra­tan­do muy bien las con­di­cio­nes vivi­das por seres des­ven­tu­ra­dos en espe­ra de un ansia­do asi­lo que les per­mi­ta rede­fi­nir sus identidades.

LA NUIT DES ROIS (Fran­cia-Cos­ta de Marfil-Canadá-Senegal)

Este ori­gi­nal film sumer­ge al espec­ta­dor en algu­nos aspec­tos de la cul­tu­ra oral de Cos­ta de Mar­fil. El direc­tor y guio­nis­ta Phi­lip­pe Lacȏ­te cen­tra­li­za la acción en MACA, el cen­tro peni­ten­cia­rio más gran­de del país y que según uno de sus per­so­na­jes es la úni­ca cár­cel del mun­do gober­na­da por sus pri­sio­ne­ros. En esta ima­gi­na­ti­va his­to­ria don­de los guar­dia­nes sola­men­te se limi­tan a cus­to­diar, es Bar­be Noi­re (Ste­ve Tient­cheu) el “supre­mo jefe” encar­ce­la­do que diri­ge la pri­sión; debi­do al dete­rio­ro de su salud, su auto­ri­dad es dispu­tada por Lass (Abdul Karim Kona­te) que apo­ya­do por sus com­pin­ches aspi­ra a ocu­par su pues­to. Para seguir man­te­nien­do el car­go Bar­be Noi­re renue­va la tra­di­ción de un ritual que con­sis­te en obli­gar a un pri­sio­ne­ro a con­tar una his­to­ria duran­te el trans­cur­so de una noche; es así que Roman (Kone Baka­ri), un joven car­te­ris­ta recién ingre­sa­do a la pri­sión se con­vier­te en el cuen­tis­ta que, a la mane­ra de la famo­sa prin­ce­sa Sche­re­za­de de Las Mil y Una Noches, se ve for­za­do a rela­tar un cuen­to duran­te toda la noche para evi­tar que lo maten.

La nove­la que Roman inven­ta se refie­re a la vida trá­gi­ca de Zama King, el joven jefe de una ban­da cri­mi­nal y es a tra­vés de su rela­to don­de la his­to­ria adquie­re un aura mági­ca; así, los pri­sio­ne­ros comien­zan a actuar de mane­ra impro­vi­sa­da dan­do vida a los per­so­na­jes del cuen­to quie­nes con sus con­tor­sio­nes, movi­mien­tos, bai­les y can­tos a cape­lla gene­ran una visión poé­ti­ca e ilu­mi­na­do­ra que embe­lle­ce a esta fábu­la don­de la reali­dad se entre­mez­cla con la fantasía.