THE HUMAN FACTOR. Gran Bretaña-Israel, 2019. Un film de Dror Moreh. 112 minutos.
Habiendo sido el autor de The Gatekeepers (2012), un remarcable documental sobre la agencia de servicios de seguridad israelí Shin Bet, el director Dror Moreh retorna con otro pujante documento referido a las complicadas y largas negociaciones que tuvieron lugar entre israelíes y palestinos para poder concretar un definitivo acuerdo de paz.
Este proceso comenzó en 1991 cuando al final de la guerra fría Estados Unidos se convierte en la potencia más poderosa del mundo; en consecuencia, el presidente George H.W. Bush a través de su secretario de estado James Baker, consideró que había llegado el momento de actuar como intermediario entre los israelíes y sus vecinos árabes con el propósito de que pudiera crearse un estado palestino a la vez que Israel fuera reconocido como el legítimo hogar del pueblo judío que a lo largo de su historia ha sufrido la amenaza de exterminación.
El guión del documentalista escrito con Oron Adar, está basado en la minuciosa y didáctica explicación de los diplomáticos negociadores americanos Dennis Ross. Martin Indyk, Daniel Kurtzer, Aaron Miller, Robert Malley y Gamal Helal como intérprete y enviado especial de Medio Oriente; los encuentros mantenidos con representantes de Israel y con los de la contraparte incluyendo al líder de la OLP Yasser Arafat, el rey Hussein de Jordania y el presidente de Siria Hafez al-Assad adquieren capital importancia en el marco del relato.
En esa recopilación se pasa revista a los esfuerzos realizados durante la década del 90, en un principio por Bush y Baker con el presidente de Israel Yitzhak Shamir y posteriormente por el electo presidente Clinton y el nuevo primer ministro israelí Yitzhak Rabin para alcanzar el deseado objetivo. Es así que los Acuerdos de Oslo de 1992, que oficialmente constituyeron una Declaración de Principios entre Israel y la OLP que avizoraba un gobierno autónomo provisional palestino, fueron finalmente firmados en los jardines de la Casa Blanca el 13 de septiembre de 1993 por representantes de la OLP, Estados Unidos, Israel y Rusia, contando además con la presencia de Clinton, Arafat y Rabin; es interesante destacar que en esa ocasión Rabin aceptó estrechar la mano de quien fuera su enemigo a condición de que en esa ceremonia Arafat no portara arma alguna, no utilizara vestimenta militar ni que tampoco intentara besarlo, como es costumbre en la cultura árabe; con todo, cabe apreciar que los resquemores y recelos entre el primer ministro israelí y Arafat fueron gradualmente desapareciendo originando una afectiva relación entre ambos.
Ese histórico acontecimiento que auguraba un porvenir luminoso para la solución del candente conflicto no fue bien recibido por algunos sectores políticos israelíes y por parte de la población que en demostraciones callejeras a viva voz manifestaban que Rabin era un traidor. Lamentablemente su asesinato del 4 de noviembre de 1995 en Tel Aviv significó un duro golpe para Estados Unidos; anecdóticamente, el diplomático Dennis Ross manifiesta ante la cámara cómo al imponerse de la triste noticia no pudo ocultar sus lágrimas frente a su esposa y sus tres pequeños hijos.
Con la muerte de Rabin, el proceso se estancó durante el mandato de Shimon Perez y posteriormente con el gobierno de derecha de Benjamin Netanyahu quien fue electo en 1996 y permaneció en el cargo hasta 1999; cuando Ehud Barak lo sucedió como primer ministro, los negociadores lograron persuadirlo a continuar con las tratativas de paz; todo hacía presumir que en la cumbre de Camp David de julio de 2000 con la presencia de Clinton, Barak y Arafat se llegaría a un exitoso resultado. Lamentablemente, la trascendental reunión concluyó con un rotundo fracaso en la medida que palestinos e israelíes no lograron un consenso sobre el futuro de Jerusalén.
En los primeros tramos del documental queda destacada la importancia del factor humano donde la misión de los intermediarios del proceso consiste en establecer la confianza y la necesaria empatía entre las partes en la que cada una de las mismas debe ubicarse en la situación real vivida por la otra a fin de ceder algo para poder cubrir la brecha que las separa. Lamentablemente eso no ha sido posible hasta el presente y por el momento no hay motivos para inferir que la dramática situación vigente pueda alterarse.
El empleo de fotografías de la Biblioteca Presidencial William J. Clinton, las imágenes de televisión registradas así como un importante material de archivo del cual se ha valido Moreh, constituyen un valioso apoyo para ilustrar los acontecimientos descriptos en el film; eso permite obtener una buena perspectiva sobre cómo las diferentes políticas, culturas, idiomas e intereses de los actores antagónicos de este proceso han echado a perder la gran oportunidad de lograr la paz.
Con el estupendo montaje de Oron Adar, el director logró un excepcional documental que resulta sumamente esclarecedor no solo por explicar lo acontecido en la mesa de las negociaciones sino también por ilustrar lo que fuera de la misma dejaron entrever sus participantes. Jorge Gutman