Crónica de Jorge Gutman
Encantandores Sabios Tontos
THE SAGES OF CHELM – Autor: Abraham Schulman — Música: Ely Rubinstein — Dirección y Coreografía: Trevor Barrette –- Elenco: Jake Cohen, Natalie Demmon, Kinneret Finegold, Rachel Kohl Finegold, Bram Lackman-Mincoff, Jodi Lackman, Bruce Lambie, Stephen Maclean Rogers, Jeanne Motulsky, David Peterman, Daisy Dalit Sigal, Sam Stein, Stan Unger y Theodore Vlachos – Dirección Musical: Nick Burgess – Integrantes del Conjunto Musical: Nick Burgess, Vanessa Marcoux, Mike De Masi y Parker Bert – Escenografía: Elizabeth de Medeiros – Vestuario: Sabrina Miller – Iluminación: Tim Rodrigues – Entrenamiento del Idioma Idish: Rivka Augenfeld, Raizel Candib, Stephanie Finkelstein, Aron Gonshor, Bronna Levy, y Sam Stein. – Duración: 2 horas con entreacto incluido – Representaciones: Hasta el 26 de Junio de 2022 en la sala principal del Segal Centre (www.segalcentre.org)
Desde que la Compañía de Teatro Judío de Dora Wasserman estrenara The Sages of Chelm en 1970, la pieza escrita por el humorista Abraham Schulman con música de Ely Rubinstein fue representada en numerosas oportunidades incluyendo la producción de 2008 del Centro Segal. En la actual reposición la obra demuestra que con su contagiable humor sigue manteniendo su radiante frescura a pesar del transcurso del tiempo. Aunque hablada en Idish, la pieza es representada con sobretítulos en francés e inglés que muy bien traducen el contenido de la lengua original.

Elenco. (Foto: Leslie Schachter)
Tal como se anuncia en el prólogo, cuando la tierra fue creada un ángel fue enviado para repartir por partes iguales las almas de sabios y tontos por todo el mundo, pero debido a un percance todas las almas necias cayeron en Chelm; si bien ésta es una pequeña ciudad ubicada en el sudeste de Polonia; en la imaginación del autor se trata de un pueblo cuya gente se cree ser la más sabia del planeta, aunque su manera ilógica de proceder conduzca a adoptar decisiones risueñas.
En ese marco, la vida normal de Chelm se ve alterada con la llegada de Menakhem (Jake Cohen), un forastero amante de la música que porta consigo su mochila y su inseparable flauta. La comunidad no está dispuesta a recibir extraños que puedan infectar a la sabiduría de sus integrantes; eso se intensifica aún más, cuando de inmediato surge un amor a primavera vista entre el recién llegado y la joven Shoshane (Jeanne Motulsky) quien está comprometida con Shmerl (David Peterman) a quien ella detesta. Entretanto, dado que Menakhem decide quedarse en Chelm, el rabino Yoysef Loksh (Stan Unger) convoca un Concejo de Sabios para decidir si lo van a admitir o no como residente; para ello el escribiente Mendl (Bruce Lambie) decide formularle 3 preguntas y si las respuestas son positivas Menakhem demostrará que él es también un sabio y podrá formar parte de la comlunidad. Como él solo acierta dos preguntas, la decisión del Concejo es que Menakhem permanezca en Chelm pero con la condición de no casarse con ninguna de las chicas del pueblo. En la medida que la gente observa los encuentros sentimentales del joven con Shoshane, sus padres Shakhne Getsl (Sam Stein) y Shoshe Dobe (Rachel Kohl Finegold) deciden que ella se case al día siguente con Shmerl.

Jake Cohen, Jeanne Motutsky (Foto: Leslie Schachter)
Dicho lo que antecede, el transcurso de los acontecimientos conducirá a un feliz desenlace previsible sin que eso atenúe la eficacia de esta romántica comedia musical dotada de ingeniosos diálogos en los que los necios sabios de Chelm permiten que sus tonteras generen considerable hilaridad. Con todo, la eficacia de la obra queda resaltada aún más con la solidez de una docena de comediantes veteranos y jóvenes quienes personificando a los encantadores sabios tontos con su brío y entusiasmo contagian al público asistente, actuando, bailando y cantando un buen número de canciones compuestas por Rubinstein; a todo ello, cabe destacar al pequeño grupo orquestal bajo la dirección de Nick Burgess que acompaña armoniosamente al elenco.
Finalmente encomiable elogio merece la dirección escénica y coreografía de Trevor Barrette permitiendo que dentro de su simplicidad, esta producción musical transmita la remarcable la calidez y humanidad que prevaleció en la riqueza folclórica judía de Europa Oriental.