Crónica de José Ridoutt Polar
Las Cataratas del Niágara son un destino imperdible para exploradores de todo el mundo, desde recién casados quienes buscan pasar allí su luna de miel hasta también para los más osados.
Cerca de 2,8 mil millones de litros de agua caen cada segundo, por lo cual, no es una sorpresa que aproximadamente 8 millones de visitantes, provenientes del mundo entero lleguen cada año.
Y ahora, se suma un nuevo atractivo en las Cataratas del Niágara: un enorme túnel enterrado en las profundidas de la cascada que puede ser visitado por los turistas.
Las rocas debajo de la gigantesca cascada triple que se extiendn a ambos lados de la frontera entre el estado de Nueva York en los Estados Unidos y la provincia canadiense de Ontario están llenas de cámaras excavadas para aprovechar las poderosas fuerzas de la naturaleza que rugen en lo alto. Y ahora, se abrió al público un túnel de 670 metros construido hace más de un siglo en el lado canadiense, donde había una central hidroeléctrica, que estuvo en funcionamiento desde 1905 hasta 2006, desviando las aguas del río Niágara para hacer funcionar los generadores.
Durante un siglo, la central eléctrica de Niagara Parks produjo electricidad; posteriormente, durante una década el edificio quedó abandonado, triste y descuidado. Actialmente, el monumental edificio de piedra de las Cataratas del Niágara ha sido reinventado y restaurado como museo para contar la historia de cómo ayudó a impulsar a Ontario. La estación, inaugurada en 1905, fue la primera de corriente alterna en Canadá y produjo energía hasta que se cerró en 2006. Niagara Parks, la comisión del gobierno de Ontario que mantiene la costa canadiense del río Niágara, adquirió la propiedad en 2009.
Arquitectos e ingenieros reflexionaron sobre cómo una estructura tan magnífica de la era industrial podría reutilizarse y reintegrarse como una atracción en Niagara, el destino turístico más popular de Canadá.
Dado que parte de la misión de la comisión es preservar y conservar los activos existentes junto a las cataratas, incluyó la rehabilitación de la enorme estación en su plan estratégico general de 10 años en 2018. Se persuadió al gobierno provincial para que aportara un préstamo para iniciar la restauración. Convertir una central eléctrica del tamaño de un monstruo en un edificio comercial para el turismo es una tarea complicada, afirma Marcelo Gruosso, director senior de ingeniería, estacionamiento y transporte de Niagara Parks. El edificio pudo haber estado en decadencia, pero sus huesos eran de piedra caliza y granito sólidos, con accesorios de latón y cobre. Fue diseñado para inspirar asombro y confianza pública en la electricidad, que, en 1905, todavía era una nueva tecnología.
“No estamos acostumbrados al alcance y la escala de estos edificios”, dice Gruosso. “Cada vez que tocas algo, tienes que abordar otro problema, y todo se tuvo que hacer 11 veces”. Hubo que hacer las cosas tantas veces porque la central tenía 11 generadores, cada uno de los cuales producía 10.000 caballos de fuerza cuando estaban en funcionamiento, y en conjunto aprovechaban la fuerza de 140.000 litros de agua por segundo desviados del río Niágara. Las partes superiores de los generadores, que parecen pasteles de cumpleaños gigantes de metal azul, están alineadas en un pasillo de 600 pies de largo. Si bien los generadores ya no funcionan, uno de los trabajos consistió en darles brillo y restaurar su apariencia, asegurándose de que todo el sitio fuese seguro para los visitantes.
El túnel, de casi ocho metros de alto y seis de ancho, es también una atracción histórica única y está incluido en el precio de la entrada a la central.
Cerca del final del túnel, un estruendo comienza a llenar el aire. La luz natural entra a raudales cuando el camino conduce a un mirador de 20 metros a nivel del río que está casi en la base de las cataratas Horseshoe. Aquí es donde el agua del túnel se vierte en el río. Es el mejor lugar para ver las cataratas.
La plataforma también ofrece a los visitantes un mirador para observar los barcos turísticos, llenos de pasajeros con impermeables, que se balancean como corchos al pie de las cataratas.
Para completar la experiencia de la central eléctrica, hay un espectáculo nocturno titulado “Currents: Niagara’s Power Transformed”. La experiencia de luz y sonido describe la historia de la central eléctrica e incluye proyecciones en 3D de agua en movimiento, turbinas y chispas de electricidad.
La visita a la central eléctrica y al túnel dura unas dos horas, pero para asistir al espectáculo nocturno se recomienda pernoctar. El alojamiento va desde los hoteles con vistas a las cataratas de mayor categoría, como el Hilton, hasta los establecimientos más económicos, como el Days Inn.
Un viaje a las cataratas del Niágara es energizante en muchos sentidos. Es un lugar de belleza natural, pero también puede hacernos reflexionar sobre las fuerzas naturales que siguen dando forma a nuestras vidas modernas.