THE ROYAL HOTEL. Australia, 2023. Un film de Kitty Green. 91 minutos
Teniendo como antecedente su muy logrado primer largometraje de ficción The Assistant (2019), la realizadora Kitty Green retorna con The Royal Hotel. En un guión que le pertenece compartido con Oscar Redding, enfoca la visita de dos mujeres a una recóndita región de Australia.
En un breve prólogo se contempla a las canadienses amigas Hanna (Julia Garner) y Liv (Jessica Henwick), disfrutando de una fiesta que tiene lugar en un barco turístico alrededor de la ciudad de Sidney en Australia.
Tras una elipsis y sin mayor explicación se observa que ellas arriban a un desértico y desolado rincón minero australiano; allí se alojan en el hotel Royal, un establecimiento de ínfima categoría a cargo de Billy (Hugo Weaving) y su asociada Carol (Ursula Yovich). Estas turistas no son simplemente huéspedes del lugar sino que están empleadas como camareras en el bar del hotel cuya clientela son hombres que de una u otra manera demuestran un instinto perverso al tratar de vincularse con ellas.
Mientras que Hanna, más reposada y madura que su amiga cobra conciencia de que no resulta conveniente permanecer allí por el riesgo que atraviesan, Liv resulta más complaciente y prefiere quedarse. La situación permanece tensa durante los días que siguen en donde la hostilidad hacia ellas se hace sentir al ser molestadas por varios de los parroquianos (Daniel Henshall, James Frecheville, Toby Wallace); a ello se agrega la explosión violenta de Billy en momentos de ebriedad.
Este thriller se caracteriza por anidar personajes extremadamente desagradables donde la única excepción es el de Carol que se compadece por la situación que atraviesan las muchachas.. Como devota feminista es encomiable el propósito de la directora en criticar la violencia machista y la misoginia imperante, pero al hacerlo lo ilustra con escasa sutilidad y por añadidura el mismo clima violento prevalece entre los hombres del lugar. Con un desenlace rutinario y predecible, la convencional puesta escénica de Green no permite compensar las limitaciones del endeble guión cuyo contenido no logra impactar.
Más allá de las objeciones apuntadas, el film está integrado por un competente elenco, con la excepción de Henwick quien no logra rescatar a su personaje poco expresivo. En el rubro de los factores técnicos merecen elogio el buen diseño de producción de Leah Pople y la esmerada fotografía de Michael Latham reproduciendo la ambientación de la desolada región en que transcurre la acción. De todos modos, estos aciertos no alcanzan a compensar la medianía del relato. Jorge Gutman