Cua­tro Hijas

LES FILLES D’OLFA. Túnez-Fran­cia-Ara­bia Sau­di­ta-Ale­ma­nia, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Kaouther Ben Hania. 107 minutos

Con bue­nos ante­ce­den­tes logra­dos en dos fil­mes docu­men­ta­les y sobre todo la sáti­ra de fic­ción logra­da en The Man Who Sold his Skin (2020), la cineas­ta tune­ci­na Kaouther Ben Hania adop­ta en esta opor­tu­ni­dad una sin­gu­lar com­bi­na­ción de ambos géneros.

El rela­to de Les Filles d’Olfa explo­ra a Olfa Ham­rou­ni, una mujer tune­ci­na y madre de cua­tro hijas, en don­de dos de ellas, Gho­fra­ne y Rah­ma, des­apa­re­cie­ron en 2015 a la edad de 16 y 15 años respectivamente.

Las cua­tro hermanas

La cáma­ra de Ben Hania pene­tra en 2023 en la inti­mi­dad del hogar de Olfa a fin de repro­du­cir la vida de esa fami­lia. Para ello acu­de a actri­ces pro­fe­sio­na­les para per­so­ni­fi­car a Gho­fra­ne (Ichraq Matar) y Rah­ma (Nour Karoui) y en cier­tas ins­tan­cias a Olfa (Hend Sabri) en tan­to que Eya y Tays­sir, las otras dos her­ma­nas meno­res, se repre­sen­tan a sí mismas.

A tra­vés de ese sin­gu­lar meca­nis­mo, Olfa cuen­ta su vida deta­llan­do el trau­ma reci­bi­do por par­te de su madre, su boda con un mari­do al que no qui­so y que lue­go lle­gó a dejar­lo para unir­se a otro hom­bre y cómo su acti­tud ambi­gua adop­ta­da para con sus hijas lle­gó a influir en sus vidas. Asi­mis­mo se repro­du­ce la diná­mi­ca exis­ten­te entre las cua­tro her­ma­nas don­de no fal­tan momen­tos de humor y ale­gría. En la recons­truc­ción efec­tua­da pue­de con­tem­plar­se cómo en cier­tas oca­sio­nes las hijas son ata­ca­das por su madre como así tam­bién los abu­sos sufri­dos por el aman­te de Olfa (Majd Mastoura).

Refle­jan­do la con­di­ción de la mujer ára­be den­tro del patriar­ca­do impe­ran­te, Gho­fra­ne y Rha­ma desean eman­ci­par­se y para ello esca­pan del hogar para pos­te­rior­men­te adop­tar una acti­tud radi­cal; sin deve­lar el des­en­la­ce se lle­ga a saber qué es lo que acon­te­ció con ellas, dón­de se encuen­tran y en qué con­di­cio­nes trans­cu­rren sus vidas.

Aun­que no es la pri­me­ra vez que el cine ape­la a un dra­ma­tis­mo fic­cio­nal en el mar­co de un docu­men­tal, en esta oca­sión la direc­to­ra no logra un per­fec­to ensam­ble de ambos géne­ros lle­gan­do a situa­cio­nes que en algu­nas ins­tan­cias des­con­cier­tan y resul­tan con­tra­dic­to­rias. Sin embar­go, estas obje­cio­nes no des­me­re­cen el inte­rés del film; así, ade­más de cier­tas con­mo­ve­do­ras esce­nas, la rea­li­za­do­ra acer­ta­da­men­te trans­mi­te la com­ple­ja rela­ción materno-filial, como igual­men­te al recu­rrir a extrac­tos de archi­vos per­mi­te que la audien­cia se impon­ga de la recien­te his­to­ria de Túnez con sus aten­ta­dos terro­ris­tas y cómo eso ha afec­ta­do a la población.

Al mar­gen de esta eva­lua­ción crí­ti­ca cabe men­cio­nar que el film ha sido doble­men­te con­si­de­ra­do por la Aca­de­mia de Holly­wood al haber sido pre­se­lec­cio­na­do para la mejor pelí­cu­la inter­na­cio­nal repre­sen­tan­do a Túnez, como asi­mis­mo es uno de los 15 docu­men­ta­les nomi­na­dos para optar al Oscar en dicha cate­go­ría. Jor­ge Gutman