LA FIANCÉE DU POÈTE. Bélgica-Francia, 2023. Un film de Yolande Moreau. 103 mins.
Después de haber logrado como realizadora una buena recepción crítica con Quand la mer monte (2004) y Henry (2015), la apreciada actriz belga Yolande Moreau se ubica por tercera vez detrás de la cámara para ofrecer una encantadora comedia donde también asume el rol protagónico. Con sencillez y sin grandilocuencia alguna resulta muy fácil empatizar con los personajes que emanan del guión escrito por ella junto con Frédérique Moreau.

Yolande Moreau
El relato presenta a Mireille (Moreau), una amante de la pintura y la poesía, quien después de una larga ausencia retorna a su hogar natal donde se hace cargo de la vetusta mansión familiar que ella ha heredado, encontrándola muy abandonada y con la necesidad de refaccionarla. Con un modesto trabajo en la cafetería del museo de Charleville, ella trata de aumentar su presupuesto con la reventa de paquetes de cigarrillos y de papel higiénico que a veces sustrae de los baños públicos.
A sugerencia del afable clérigo local (William Sheller) ella sigue su consejo de alquilar algunas de las habitaciones de su casa para poder vivir con mayor confort con el dinero obtenido. Es así que su vida solitaria tenderá a cambiar con la llegada de tres locatarios. Uno de ellos es Bernard (Grégory Gadebois), el jardinero municipal que lleva una doble vida; otro es Elvis (Estéban), un refugiado que Mireille encuentra en su jardín y el tercero es el joven Cyril (Thomas Guy) quien ella lo ubicó en la escuela de bellas artes donde él como aficionado pintor se dedica a efectuar reproducciones de consagrados maestros del arte.
De esta manera esta mujer logra conformar una familia singular que le ofrece nuevo aliento en su vida. Lo interesante es que sus inquilinos asumen personalidades diferentes donde cada uno de los mismos conserva secretos. En todo caso, lo cierto es que las situaciones graciosas a la vez que excéntricas que se producen durante esa convivencia familiar generan un buen humor capaz de elevar el ánimo de Mireille. A todo ello, para su gran sorpresa inesperadamente arriba Fernando (Sergi López), un antiguo amor que la había traicionado al asumir la identidad de un famoso poeta.
Como si se tratara de una fantasía nutrida de verdades y mentiras, lo cierto es que Moreau ha logrado una encantadora fábula que destila considerable ternura resaltando el espíritu de confraternidad y solidaridad que se establece entre sus personajes; ese aspecto es altamente reconfortante dentro de un mundo predominantemente individualista. Jorge Gutman