FRENCH GIRL Canadá, 2024. Un film escrito y dirigido por James A. Woods y Nicholas Wright. 106 minutos.
Aunque no siempre es sencillo dar en la tecla para lograr una buena película romántica, en este caso French Girl es una prueba más de esa dificultad en la medida que el endeble guión de los realizadores James A. Woods y Nicholas Wright conduce a una desabrida comedia.
La premisa original crea expectativas favorables aunque al poco tiempo las mismas se esfuman. Todo comienza en Brooklyn donde el neoyorkino Gordon Kinski (Zach Braff), es un afable profesor de inglés que vive en pareja con la canadiense Sophie Tremblay (Evelyne Brochu) quien se desempeña como experta gastronómica. Ambos están muy enamorados y no hay nada que aparentemente modifique sus vidas. Sin embargo, la rutina se altera cuando ella recibe la proposición de postular para el puesto de Jefa Ejecutiva de Cocina en el restaurante del prestigioso hotel Château Frontenac de Quebec. Esa es la oportunidad de que Sophie retorne a su ciudad natal y es así que estimulada por su novio y acompañada por él regresa a Quebec.
Al llegar a destino ella reencuentra a su familia incluyendo entre otros a sus padres Alphonse (Luc Picard) y Ginette (Isabelle Vincent), su hermano Junior (Antoine Olivier Pilon), su hermana Juliette (Charlotte Aubin) y la abuela Mammie (Muriel Dutil), a la vez que Gordon es presentado al grupo familiar.
La parte risueña se centra en el comportamiento de Gordon, con su poco conocimiento de francés, quien se encuentra como sapo de otro pozo dentro del contexto familiar; a eso se unen algunas involuntarias torpezas, como besar en la boca a la anciana abuela. El conflicto de la trama se produce cuando la persona que debe tomar la decisión sobre la ansiada posición gastronómica es nada menos que Ruby Collins (Vanessa Hudgens), la ex amante de Sophie, un affaire que hasta ese momento Gordon ignoraba. En la medida que Ruby se inmiscuye cada vez más en la vida de la familia Tremblay con el interés marcado que ella siente por Sophie, la situación se complicará para la romántica pareja; no obstante, desde un comienzo es previsible que la historia tendrá un complaciente desenlace.
Lamentablemente la ausencia de originalidad temática de esta historia nutrida de situaciones banales y abundancia de clises, motiva a que su desarrollo no logre generar mayor entusiasmo. El correcto elenco, en donde especialmente se destaca la gracia de Braff, se limita a lo que el insípido guión les demanda pero lo que realmente trasciende de la visión de esta desganada comedia es la hermosa ciudad de Quebec que como telón de fondo y muy bien filmada por los realizadores, aquí luce más bella que nunca. Jorge Gutman