THE BOY IN THE WOODS. Canadá, 2023. Un film de Rebecca Snow, programado en el Festival de Cine Judío de Toronto.. 93 minutos.
Un conmovedor relato sobre la tragedia del Holocausto es lo que se aprecia en The Boy in the Woods en donde la realizadora Rebecca Snow considera el calvario de un menor que lucha por sobrevivir para no ser atrapado por los criminales nazis.
La génesis de ese film surgió del encuentro de la documentalista con el artista Maxwell Smart en 2019 en donde ella se impuso de la dura experiencia que él atravesó durante la guerra. Es así que cuando él escribió sus memorias en el libro homónimo publicado en 2021, Snow resolvió trasladarlo a la gran pantalla en un guión que le pertenece.
La historia comienza en abril de 1943 donde en la ciudad polaca de Buchach (que en la actualidad pertenece a Ucrania), el ejército alemán ha diezmado a miles de judíos y los que aún permanecen con vida esperan ser deportados. Es en ese contexto que Max (Jett Klyne), un niño judío de 12 años, sigue los consejos de su madre (Berkley Silverman) para escapar y salvar su vida, ya que ella no puede hacerlo teniendo consigo a la pequeña hijita.
Es así que el chico logra encontrar refugio en lo de Jasko (Richard Armitage), un granjero polaco que vive con su mujer Kasia (Masa Lizdek). Estas dos bondadosas personas hacen lo posible por ocultar a Max haciéndolo pasar ante la policía alemana como el hermano menor de la anfitriona. Temiendo que la permanente presencia del refugiado pueda peligrar la vida de su familia, Jasko pide a Max que se interne en la cercana zona boscosa para que allí pueda permanecer escondido de los alemanes; para ello previamente lo alecciona enseñándole el modo de cazar conejos para su alimentación así como tener precaución en complementar su comida con hongos provenientes de los árboles y de no ingerir los que se encuentran sueltos en el suelo.
Así comienza la odisea de Max estando en todo momento alerta de sus enemigos. En ese devenir encuentra a Yanek (David Kohlsmith), un niño huérfano judío menor que él, con quien mantiene una relación afectiva considerándolo como si fuese su hermano. Ambos atravesarán situaciones de apuro cuando soldados alemanes los descubren y milagrosamente logran salvarse al huir precipitadamente. Un momento culminante de esa fuga se produce cuando del otro lado del río que bordea la foresta obsevan que hay un bebé abandonado; si bien Max no duda en atravesar el río, Yanek prefiere evitarlo porque el agua es demasiado fría para él pero sin embargo casi obligado lo sigue y en consecuencia ambos llegan a rescatar a la criatura. Ese acto de gran generosidad recogiendo con vida a la criatura, tendrá no obstante consecuencias dramáticas para Yanek. Cuando un año después se produce el retiro de los alemanes con la entrada de las fuerzas rusas al lugar, Max nuevamente es acogido por Jasko.
A nivel de actuación no es exagerado señalar que la interpretación del joven actor Jett Klyine es sencillamente fabulosa al posesionarse por completo en Max y por lo tanto es de suponer que el autor del libro, hoy día de 94 años de edad, deberá estar ampliamente satisfecho de contemplar a quien lo ha caracterizado en su niñez.
Mediante una lograda narración Snow ofrece una dramática historia real de sobrevivencia en dificilísimas condiciones; al hacerlo, ella refleja los sentimientos experimentados por el abandono, la protección y el ocultamiento del protagonista viviendo casi un año al amparo de la foresta. Pero lo más trascendente es demostrar cómo en los momentos más angustiantes que un ser humano experimenta, predomina la solidaridad. Finalmente cabe agregar que la ficción de esta historia cede paso a un desenlace real que es mejor no revelar pero que sin duda alguna emocionará profundamente al espectador. Jorge Gutman