La Géne­sis de un Realizador

1995. Cana­dá, 2024. Un film escri­to y diri­gi­do por Ricar­do Tro­gi. 120 minutos

Así como en 1981 (2009) Ricar­do Tro­gi rela­ta­ba su expe­rien­cia de edu­ca­ción pri­ma­ria, pasan­do a 1987 (2014) con sus pille­rías de ado­les­cen­te y en 1991 (2018) su pasa­je al mun­do adul­to, es aho­ra con 1995 don­de rese­ña su ini­cio de cineasta.

Jean-Carl Bou­cher

La acción comien­za en 1994 cuan­do Ricar­do (Jean-Carl Bou­cher) con sus 24 años de edad cree que su aspi­ra­ción como direc­tor de cine no se verá con­cre­ta­da y es así que debe con­for­mar­se con ser un ven­de­dor iti­ne­ran­te de libros a fin de sol­ven­tar sus gas­tos per­so­na­les. Sin embar­go al haber pre­sen­ta­do su can­di­da­tu­ra para el pro­gra­ma La cour­se des­ti­na­tion mon­de, una popu­lar emi­sión de tele­vi­sión difun­di­da a tra­vés de Radio Cana­da, su sor­pre­sa es mayor cuan­do se ente­ra que es uno de los 8 can­di­da­tos ele­gi­dos para inter­ve­nir en la edi­ción 1994 – 1995; la par­ti­ci­pa­ción con­sis­te en la rea­li­za­ción de 20 cor­to­me­tra­jes de 4 minu­tos de dura­ción en dife­ren­tes luga­res del mun­do. Den­tro de su núcleo fami­liar de ori­gen ita­liano la ale­gría es enor­me por par­te de su eufó­ri­ca madre Clau­det­te (San­dri­ne Bis­sons) en tan­to que su aus­te­ro padre Beni­to (Clau­dio Colan­ge­lo) no está con­ven­ci­do de que el sép­ti­mo arte sea el camino más apro­pia­do que Ricar­do deba emprender.

Como novel rea­li­za­dor, el joven Ricar­do ini­cia su peri­plo en Áms­ter­dam para pro­se­guir en Tur­quía; en el via­je aéreo de Estam­bul a El Cai­ro cono­ce a Yun­nis (Sha­di Janho), un sim­pá­ti­co egip­cio que al cono­cer la inten­ción de fil­mar un cor­to, le pro­po­ne que se base en la rela­ción román­ti­ca con su ena­mo­ra­da a quien tra­ta de recon­quis­tar. Sin embar­go la inten­ción de Ricar­do es abor­dar la esci­sión de la mujer, tema evi­den­te­men­te tabú para las auto­ri­da­des ofi­cia­les del país. Más allá de ima­gi­nar cómo enca­rar ese tópi­co, Ricar­do enfren­ta el pro­ble­ma de tener su cáma­ra malo­gra­da a cau­sa de un invo­lun­ta­rio acci­den­te pro­du­ci­do por Yun­nis. Gran par­te del metra­je es dedi­ca­da a impor­tar una nue­va cáma­ra y los múl­ti­ples trá­mi­tes buro­crá­ti­cos para lograr­lo; eso ori­gi­na uno de los momen­tos más son­rien­tes del relato.

Sin adi­cio­nar infor­ma­ción sobre lo que pro­si­gue, bas­ta anti­ci­par que la his­to­ria está ani­ma­da de buen humor a tra­vés de la semi iro­nía des­pren­di­da de la narra­ción en off del rea­li­za­dor y resal­ta­da por la mag­ní­fi­ca actua­ción de Bou­cher quien por cuar­ta vez asu­me el rol del alter ego de Trogi.

Aun­que agra­da­ble la pelí­cu­la ado­le­ce de cier­ta len­ti­tud y dina­mis­mo en su pri­me­ra mitad. Con todo, el resul­ta­do es cier­ta­men­te posi­ti­vo en la medi­da que en su segun­da par­te lle­ga a cobrar relie­ve al abor­dar sobria­men­te el sen­si­ble pro­ble­ma social de muti­la­ción geni­tal feme­ni­na. A ello se agre­ga una esce­na muy emo­ti­va cuan­do des­pués de la tarea empren­di­da por Ricar­do, su padre lle­ga a reco­no­cer y apo­yar su vuel­co pro­fe­sio­nal e incur­sión en el mun­do del espectáculo.

Aspec­to com­ple­men­ta­rio al rela­to es la inclu­sión de la agra­da­ble ban­da sono­ra de Fré­dé­ric Bégin inclu­yen­do extrac­tos musi­ca­les de Daniel Belan­ger, así como la Mar­cha Triun­fal de la ópe­ra Aida y Va, Pen­sie­ro de la ópe­ra Nabu­co, ambas de Giu­sep­pe Verdi.

En sín­te­sis 1995 con­fi­gu­ra una come­dia auto­bio­grá­fi­ca lo sufi­cien­te­men­te atra­yen­te para quie­nes han dis­fru­ta­do la tri­lo­gía pre­ce­den­te de Tro­gi. Que­da aho­ra abier­ta la pre­gun­ta de si habrá un quin­to seg­men­to abor­dan­do su vida en los años pos­te­rio­res al del pre­sen­te rela­to. Jor­ge Gutman