Crónica de Jorge Gutman
SAKURA – AFTER CHEKHOV. Texto: Harry Standiofski basado en la obra “El Jardín de los Cerezos de Anton Chéjov – Dirección: Eda Holmes – Elenco: Deena Aziz, Ravyn R. Bekh, Stefanie Buxton, Marcel Jeannin, Marc-Antoine Kelertas, Howard Rosenstein y Paul Van Dyck — Escenografía y Vestuario: James Lavoie — Iluminación: Tim Rodriguez - Composición y Diseño Sonoro: Torquil Campbell — Diseño de Video: Charlotte Baker — Duración: 130 minutos, incluyendo 15 minutos de entreacto. Representaciones: Hasta el 6 de Octubre de 2024 en el Centaur Theatre
Inspirado en la última remarcable obra de Anton Chéjov “El Jardin de los Cerezos” escrita en 1903, el actor y dramaturgo Harry Standolfski concibió Sakura-After Chekhov, donde la palabra japonesa “sakura” precisamente significa “flor de cerezo”.
En la pieza original del antológico autor ruso evocando el final de una época su trama gira en torno de una aristocrática familia rusa que a causa de una endeble administración de sus riquezas, está a punto de perder la hacienda familiar en donde se halla un bello jardín de cerezos.
Dicho lo que precede, Standolfski reimaginó el texto infundiéndole algunos toques modernos bien acertados para su adaptación a la época actual. La acción se ubica en una zona rural de la provincia de Quebec, donde solían vivir gente anglófona de buena posición económica. Después de haber estado ausente durante cierto tiempo regresa al hogar la matrona Freya (Deena Aziz) encontrándose con la novedad de que la finca con un gran huerto de cerezas que posee la familia a lo largo de varias generaciones está a punto de ser rematada; eso es debido a que la fallecida abuela no pagó los impuestos por siete años, generando en consecuencia un enorme endeudamiento financiero que ahora resulta muy difícil de afrontar. Esta mujer y los otros miembros del clan familiar, incluyendo a Guy (Howard Rosenstein), el hermano de Freya, Annie (Ravyn R. Bekh), la hija de Freya, así como su hija adoptiva Vania (Stefanie Buxton), escuchan las diferentes opciones del asesor financiero Mark (Marcel Jeanin) a fin de poder preservar la propiedad. A ello se agrega la intervención de Peter (Marc-Antoine Kelertas), el buen vecino de la familia y el anciano sirviente Paul Van Dyck (Firs). Claro está que nada resulta fácil en torno de esta fracturada familia donde no faltan las discusiones, reyertas y desencuentros, que en ciertas instancias generan el caos entre sus miembros.
Sin entrar en detalles adicionales sobre los pormenores en que se verán involucrados los personajes, indiscutiblemente la directora Eda Holmes ha logrado una muy buena puesta escénica e igualmente ha convocado un homogéneo y talentoso elenco; en ese aspecto, sus integrantes imprimen considerable vitalidad y entusiasmo en el desempeño de sus respectivos roles, concitando la atención de la audiencia. A todo ello, Holmes, ha contado con la ingeniosa escenografía de James Lavoie, permitiendo que las numerosas escenas de la obra fluyan sin demora alguna. Asimismo es meritoria la acertada iluminación de Tim Rodríguez, especialmente en una de las escenas en que la tormenta arrecia.
En síntesis, lo más importante a resaltar es que Standiofski, dejando de lado cualquier consideración política, ha escrito una briosa y fresca adaptación de la pieza de Chéjov en donde prevalece una nostálgica y sentida introspección del espíritu humano frente a la suerte que aguardará al tan querido huerto de cerezas.