WILL & HARPER. Estados Unidos, 2024. Un documental de Josh Greenbaum. 114 minlutos. Disponible en Netflix
La faceta luminosa de la condición humana queda resaltada en Will & Harper, el candoroso documental de Josh Greenbaum.
El documentalista enfoca a Will Ferrell y Harper Steele, dos personas que han cimentado un gran vínculo amistoso desde que en 1995 el popular actor adquirió gran popularidad en el emblemático programa televisivo Saturday Night Live agraciado en gran parte por los jugosos libretos escritos por Steele. Después de que en 2022 Harper, a la sazón de 61 años, le comunica a su amigo su transición genérica, ambos resuelven efectuar un viaje en carretera a través de Estados Unidos comenzando en New York y teniendo como destino final Los Ángeles.
Ese viaje de 16 días con Harper conduciendo su vehículo genera un vínculo íntimo en donde ella en una nueva visión de sí misma le va exponiendo cómo desde largo tiempo deseó adoptar esa diferente identidad genérica, en tanto que él mediante preguntas sutilmente expuestas va identificándose con la motivación y emociones que ahora vive su gran amiga. Todo ese proceso en el que Harper observa el mundo que la rodea en su nueva condición adquiere en el relato momentos de considerable ternura. Si bien los viajeros matizan el trayecto mediante situaciones jocosas en el intercambio de chistes, los mismos están intercalados con temas más serios como cuando ella le lee extractos de su diario personal escrito antes de su transición donde refleja su vulnerabilidad frente a la decisión adoptada.
Sin necesidad de detallar las alternativas vividas en cada parada que realizan a lo largo de ese recorrido, incluyendo bares y restaurantes en las ciudades que atraviesan, ese periplo nutrido de confidencias recíprocas adquiere un carácter decididamente íntimo en donde queda refrendado la profunda amistad que les envuelve.
El film destila considerable emoción que queda resaltada en una conmovedora escena cuando al visitar el Grand Canyon se topan con una terapeuta que lamenta no haber sido de gran ayuda hacia un cliente transgénero.
En momentos en que la transexualidad adquiere una tensión que se va incrementando en la época en que vivimos es estimulante apreciar la existencia de películas como la comentada que contribuye a humanizar y empatizar con quienes habiendo experimentado la desazón de no poder identificarse con el sexo asignado al nacer adoptan la audaz resolución del cambio genérico.
Mediante una sencilla a la vez que entrañable narrativa Greenbaum ha logrado un film de cabal honestidad permitiendo que la audiencia pueda plenamente identificarse con dos seres dispuestos a solidarizar y apoyarse incondicionalmente cualesquiera sean las situaciones que deban enfrentar. En última instancia, este documental constituye un bello tributo a la amistad. Jorge Gutman