SUGARCANE. Estados Unidos-Canadá, 2024. Un documental de Julian Brave NoiseCat y Emily Kassie. 106 minutos.
Dentro de los mejores documentales estrenados en el año en curso, ciertamente Sugarcane es uno de ellos. Remarcablemente dirigido por Julian Brave NoiseCat y Emily Kassie el film cala hondamente en el ánimo de la audiencia al abordar un abominable tema vinculado con la comunidad autóctona de Canadá.
Comenzando en 1894, el gobierno canadiense separó a chicos indígenas de sus familias forzándolos a asistir a las escuelas residenciales.. Dichos establecimientos tenían el propósito de desarraigar a sus asistentes de la cultura nativa para ser adoctrinados a la cultura prevaleciente en Canadá. Cabe señalar que esos colegios estuvieron manejados por la Iglesia Católica y que por muchos años, los alumnos se refirieron sobre compañeros desaparecidos.
Lo aterrador de esta situación es que los crímenes de la Iglesia no habían sido ocultados y sin embargo el civilizado mundo occidental no se pronunció al respecto hasta que en 2021 se descubrieron en Canadá fosas clandestinas no identificadas donde fueron sepultados muchos niños de dichas escuelas.
Dicho lo que antecede es importante destacar que el realizador NoiseCat ha sido uno de los que indirectamente sufrieron el escarnio vivido por sus familiares dado que su padre Ed, nacido en 1959, ha sido el único sobreviviente de quienes fueron introducidos en el cesto de basura destinado a la incineración.
A través de la minuciosa labor de investigación realizada por Whitney Spearing y Charlene Belleau el documental se centra especialmente en los testimonios ofrecidos por antiguos alumnos de la misión St. Joseph de Williams Lake en la provincia de British Columbia. Es así que se tiene oportunidad de asistir al testimonio brindado por varios sobrevivientes de dicha misión incluyendo entre otros a Larry Emile, Jean William, Laird Archie, Cecilia Paul y el del testigo Wesley Jackson.
En el relato adquieren gravitación especial los comentarios de Roger Gilbert (apodado Rick), antiguo jefe de las Primeras Naciones y devoto católico, quien se refiere sobre los crueles procedimientos que han sido sometidos los escolares, incluyendo la tortura, infanticidio e incluso la violación ejercida por los sacerdotes de turno; así, el manifestó que nació como consecuencia de que su madre había sido abusada sexualmente por un representante de la Santa Iglesia.
Como gesto de reconciliación el Vaticano invitó en 2022 a representantes de las numerosas comunidades autóctonas incluyendo a Gilbert, para una audiencia con el Papa. En dicho encuentro el Sumo Pontífice expresa su pesar de que miembros de la Iglesia hayan cometido semejantes crímenes; en todo caso no obstante que para Rick eso constituye un cierto consuelo, lo expresado por el Santo Padre no es más que un gesto políticamente correcto pero sin que ofreciera compensación alguna por los ignominiosos pecados del clero.
Denunciando una atroz realidad, los documentalistas brindan un conmovedor documento inobjetablemente realizado que genera un sentimiento de profunda indignación frente a los atropellos cometidos.
En los créditos finales se lee que hubo 139 escuelas residenciales federalmente financiadas en Canadá y 408 en Estados Unidos en donde recién en 1997 se produjo el cierre del último reformatorio. La investigación realizada reveló una tendencia de infanticidio que realmente estremece.
El documental está dedicado a todos los niños y niñas que fueron enviados a la misión St. Joseph pertenecientes a las numerosas comunidades autóctonas y a la memoria de Rick Gilbert que falleció poco después de haber concluido la filmación. Jorge Gutman