Crónica de Jorge Gutman
He aquí cinco comentarios de filmes presentados en el Festival du Nouveau Cinéma (FNC) que prosigue en Montreal hasta el 20 de octubre
Tardes de Soledad (España-Francia-Portugal)
Considerado como uno de los más renombrados y heterodoxos cineastas de España, el catalán Albert Serra dispone una filmografía importante, incluyendo entre otros títulos La Mort de Louis XIV (2016), Liberté (2919) y Pacifiction (2022); con todo esta es la primera vez que encara un documental como el que se comenta por el que ha obtenido la Concha de Oro en el festival de San Sebastián de este año.
El tema considerado es el de la tauromaquia, comúnmente conocido como “Corrida de Toros”, una tradición española que cuenta con innumerables adeptos como también con ardientes detractores. Lo cierto es que según una ley promulgada en noviembre de 2013 este deporte es considerado patrimonio cultural y digno de protección en todo el territorio español.
Lo pertinente del film es que Serra, sin duda alguna congraciado con la tauromaquia, ofrece cinematográficamente un film decididamente creativo con una puesta escénica deslumbrante que somete al espectador a un espectáculo visceral y perturbador a la vez.
Para lograr su cometido el director contó a su favor con Andrés Roca Rey, un torero peruano nacionalizado español de 27 años que es considerado como un superastro en el marco de este sangriento deporte. Sin que exista comentario alguno ni tampoco entrevistas a su protagonista, el documental en casi su totalidad lo enfoca en el ruedo frente a su presa.
Serra detrás de la cámara y con la valiosa colaboración del director de fotografía Artur Tort Pujol, mediante un remarcable encuadre con primeros planos permite que el público que contempla el film tenga la sensación de hallarse dentro del campo de combate, adquiriendo de este modo la inmersiva vivencia de lo que allí acontece.
Al comenzar la lidia resulta fascinante observar a Roca Rey enfrentando a la bestia con una mirada desafiante mientras realiza ciertos movimientos de pasos que podrían asimilarse a los de un perfecto bailarín. A continuación se aprecia la violencia empleada durante el duelo cuando la espada de Roca Rey produce la estocada en el animal provocando su caída con un baño de sangre que sale de sus entrañas para luego volver a introducir el arma hasta aniquilarlo por completo. Claro está que en algunos de los encuentros con otros toros, Roca Rey resulta corneado generándole parciales heridas sangrientas.
En los pocos momentos en que el documental se aparta del rodeo se observa al torero viajando en su coche privado en compañía de los integrantes de su cuadrilla que lo ensalzan con desmesurados elogios. Asimismo el documental ilustra los rituales referentes a la vestimenta del barroco y colorido traje que lo viste.
En esencia, mediante este documento Serra desnuda por completo los avatares de la tauromaquia filmando con majestuosa precisión las extendidas secuencias de lucha, sin que por ello implique que él sea partidario de la crueldad infligida a los toros. Si alguna observación merece este documental es que nada se sabe de la vida personal del torero aunque eso no desmerece su calidad.
Reas (Argentina-Alemania-Suiza)
Con el buen antecedente ofrecido en Teatro de Guerra (2018) enfocando las vicisitudes atravesadas por seis veteranos de la guerra de las Islas Malvinas enfrentando al bando británico, en este documental musical la remarcable realizadora Lola Arias centra su atención en un grupo de ex convictos.
Para realizar su propósito ella ubica el relato en una abandonada cárcel de Buenos Aires, obrando de verdadero centro correccional y es allí donde el verismo del relato se entremezcla con lo ficcional.
Todo comienza con la ex presidiaria Yoseli Arias, una joven de 25 años quien había purgado una sentencia de mas de 4 años por contrabando de estupefacientes. A modo de guía esta chica va introduciendo a mujeres que han estado presas por diferentes razones y que van relatando sus vidas que podrían ser reales o bien imaginadas, así cómo avizoran el futuro.
En ese heterogéneo conjunto humano que incluye a mujeres no binarias y transexuales, Yoseli entabla especial comunicación con Nacho (Ignacio Amador Rodríguez), un hombre transgénero que lidera una banda de rock integrada por Estefy Harcastle, Noelia Pérez y Paulita Asturayme, entre otras. En tal sentido la música cobre vida en el penal y a través de cantos y bailes, permitiendo a la directora ilustrar cómo la recreación artística puede atenuar la dureza del encierro. Asimismo, siempre dentro del estilo de docu-ficción, se ve a las reas entablar conversaciones con los guardias de la prisión o bien jugando al fútbol. Sin excluir algunas situaciones divertidas, lo más importante que emerge de esta historia es la dinámica interacción de sus personajes y sobre todo el sentimiento fraternal y solidario que anima a los mismos; en ese quehacer es ponderable la actuación de un elenco animado por no profesionales transmitiendo brío, energía e indudable autenticidad a lo que magníficamente expone la cineasta.
La remarcable puesta escénica de Arias unida a la lograda fotografía de Martín Benchimol, la acertada música de Ulises Conti y en especial la encomiable coreografía de Andrea Servera, contribuyen a valorizar este notable documental permitiendo la plena adhesión del espectador.
A Family (Francia).
La premiada novelista francesa Christine Angot trata de expurgar el drama que la ha perseguido desde su temprana adolescencia, cuando a los 13 años de edad fue violada por su padre Pierre. Este delicadísimo y urticante tema ya lo había tratado en su libro L’Inceste de 1999; es ahora que efectuando su debut como directora considera en este documenal el trauma vivido y aún persistente.
El film se ubica en Estrasburgo donde su progenitor vivió y murió tiempo atrás. Allí retorna Christine, el lugar donde comenzó el abuso sexual, acompañada del equipo que filma el documental dirigido por la camarógrafa Caroline Champetier. En primer lugar ella se dirige al domicilio de Elizabeth Weber, la viuda de su padre, cuyo objetivo es el de que ella reconozca la monstruosidad cometida por él. Posteriormente, Angot sale al encuentro de su madre Rachel Schwartz, confrontándola por no haberla protegido en su propio hogar del monstruoso delito cometido por su padre. A través del relato la directora encuentra a otros miembros de su núcleo familiar, incluyendo su primer esposo Claude, su pareja Charly y finalmente su hija adulta Léonore, a quien mediante cintas caseras registradas en julio y agosto de 1993, se la ve cuando pequeña amparada por el amor brindado por Christine. Precisamente en el íntimo diálogo mantenido a la hora actual entre Angot con su hija, esa conversación ofrece a la escritora una catarsis emocional, dejando abierta la posibilidad de auscultar una luz al final del oscuro túnel del incesto sufrido.
No hay manera posible para poder comprender cómo un padre puede ocasionar un daño brutal a alguien de su propia sangre. De todos modos, mediante este documental bien realizado y sobriamente expuesto, cabe admirar la resiliencia y valentía de la novel directora en denunciar la acción criminal de su progenitor como asimismo quienes ocultaron el grave delito.
Cést pas moi (Francia)
Considerado como un radical y provocativo realizador del cine francés, en este cortometraje Leos Carax reflexiona acerca de su labor como cineasta. A través de 40 minutos de duración, el cineasta considera aspectos de la actual cinematografía, rápidas referencias sobre su vida personal, así como espectros de la situación política que ha vivido la humanidad en el pasado con algunos visos del momento actual.
Mediante una narración alucinatoria, entre caótica y desenfrenada, Carax tributa homenaje a Jean Luc Godard, a quien mucho admira, dado que el corto adquiere el viso de un collage que se asemeja al que el desaparecido cineasta empleó en Le Libre d’image (2019).
Pasando rápida revista a algunos extractos de sus filmes y de otros autores así como valiéndose de viejas fotos, Carax ilustra imágenes referidas a Roman Polanski aduciendo al asesinato de su mujer, una escena de Vértigo de Alfred Hitckcock, así como enfatiza su vínculo artístico con el actor Denis Lavant. Una imagen de Hitler evoca la tragedia vivida en la Segunda Guerra así como otras remiten a políticos autoritarios como Putin y Trump entre otros. Evidenciando como realizador su crisis existencial, Carax cuestiona la forma que adquirió la evolución del cine, con especial referencia al abuso del empleo audiovisual en la medida que se apela a una super estimulación de la imagen combinada con el sonido, que a su modo de ver resulta alienante.
En este apreciable film de montaje nutrido de apreciados hallazgos visuales, Carax demuestra nuevamente su notable habilidad de deslumbrar a la audiencia con su indiscutible talento creativo.
The Seed of the Sacred Fig (Irán-Francia-Alemania)
Mohammad Rasoulof es un realizador iraní que ha experimentado una suerte similar al de otros cineastas de Irán que les ha sido prohibido salir del país por su activismo político. En este caso Rasoulof, que fue condenado a ocho años de prisión, logró escapar de Irán para presentar en el Festival de Cannes este duro film en el que al igual que en su anterior filmografía denuncia al régimen teocrático imperante en su país.
El guión del director presenta a Iman (Missagh Zareh) un funcionario estatal que ha sido promovido al cargo de investigador judicial en la corte revolucionaria de Irán; su función es la de refrendar con su firma y sin revisar los casos las sentencias de muerte pronunciadas por el tribunal islámico para quienes firmemente se han opuesto al gobierno. En principio dicho ascenso constituye para él un motivo de gran satisfacción y en tal sentido es apoyado por su sumisa y abnegada esposa Najmeh (Soheila Golestani) aunque esa euforia está lejos de ser compartida por sus hijas Rezva (Mahsa Rostami) de 20 años y la menor Sana (Setareh Maleki).
Mientras tanto, en las calles abundan las manifestaciones de protesta de las mujeres reclamando sus derechos, sobre todo después de que en septiembre de 2022 se produjo el arresto de la activista Mahsa Arrani de 22 años por no utilizar el velo femenino obligatorio y su posterior muerte durante la custodia policial. La armonía de la familia de Iman se va deteriorando cuando las hijas abiertamente se rebelan al no aprobar la conducta de su padre por el trabajo que realiza. Eso se intensifica cuando la universitaria Rezya ve lo acontecido con su amiga Sadat (Niousha Akhshi), quien al participar en una manifestación es herida por la policía y posteriormente detenida.
La situación tiende a complicarse cuando Iman no encuentra el revólver que le ha sido dado para proteger a su familia y en consecuencia culpa a su mujer e hijas de haberlo tomado aunque ellas lo niegan, produciéndose en consecuencia una fuerte tensión familiar.
Si bien hasta ese momento Rasoulof demuestra una vez más su talento al servicio de una rigurosa puesta escénica que crea un clima de convincente suspenso, la continuación de su relato parecería pertenecer a una película completamente distinta; así repentinamente el director adopta un tono diferente a su relato que además de estar nutrirlo de una inusitada y gratuita violencia, desconcierta por su falta de lógica. De todos modos, aunque la última parte del film desilusiona, la crítica social esbozada en su primera mitad y las excelentes actuaciones de los cuatro protagonistas ameritan la visión de este drama político. Cabe mencionar que esta película fue distinguida en Cannes con el Premio Especial del Jurado.
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