SEPTEMBER 5. Alemania, 2024. Un film de Tim Fehlbaum. 90 minutos
Si bien el drama de las Olimpiadas de Múnich ya ha sido considerado en el oscarizado documental One Day in September (1999) de Kevin Macdonald y en Munich (2005), el remarcable film de Steven Spielberg, no desestima el mérito de September 5 tratado por el director suizo Tim Fehlbaum como un docuficción..
Como es bien sabido, en el décimo día de los Juegos Olímpicos de 1972 once atletas de la delegación de Israel fueron secuestrados por los terroristas del grupo radical Septiembre Negro cuyo objetivo era lograr la liberación de 234 prisioneros alojados en las cárceles israelíes. Si bien ese horrible evento es el telón de fondo del film, Fehlbaum se preocupa de enfocar el modo en que el dinámico equipo deportivo de la cadena ABC instalado a cercana distancia de la villa olímpica de Múnich da cuenta de los acontecimientos que se van sucediendo.
En la jornada del 5 de septiembre todo transcurre normalmente en el centro de control de ABC transmitiendo la actuación de los atletas, donde se observa al joven productor televisivo Geoffrey Mason (John Magaro), reportando al excelente ejecutivo Roone Arledge (Peter Sarsgaard), así como a Marianne Gebhardt (Leonie Benesch), la traductora alemana que colabora con el equipo. Cuando el drama irrumpe tomando desprevenidos a los periodistas, es allí donde la película ilustra la forma en que todos los integrantes del departamento de deporte deben improvisar frente a lo imprevisto y el modo en que se debe actuar para que la crisis política sea transmitida en directo por la televisión. Claro está, que se trata de la época muy anterior a la era digital y en donde no existían las redes sociales para la divulgación instantánea de las noticias.
Entre algunos aspectos relevantes del drama se destaca la connotación moral que se desprende del mismo en lo que concierne a lo que es realmente necesario enfocar en la transmisión a la pantalla televisiva. Otro aspecto que el film considera es tener la precaución de obtener la verificación de los hechos antes que valerse de rumores sobre las graves noticias que aún requieren precisa confirmación. No menos trascendente es el problema de competencia que se produce cuando la ABC de Estados Unidos quiere reportar los acontecimientos en tanto que Arledge terminantemente rehúsa a que así sea. La competencia también resalta cuando la CBS que comparte el enlace de satélite con ABC, igualmente tiene a su cargo la transmisión de los eventos.
Tanto Sarsgaard como Magaro y Benesch transmiten completa autenticidad a los reales personajes: a ello se agrega la eficiente participación de Ben Chaplin caracterizando a Marvin Bader, el jefe de operaciones, adoptando una cauta actitud sobre el reporte de la información.
Con una muy buena edición de Hansjorg Weissbrich y el irreprochable diseño de producción de Julian R. Wagner, el director valiéndose de su propio guión compartido con Mortiz Binder mantiene un sostenido suspenso a pesar de saberse la conclusión de esta histórica tragedia historia. Como objeción cabe mencionar que los diálogos en alemán que mantiene la traductora Gebhardt no hayan sido subtitulados para quienes no dominan este idioma.
Esta película adquiere plena resonancia actual dado que la catástrofe de Múnich se ha repetido el 7 de octubre de 2023 con la toma de 1200 rehenes en Israel por parte de Hamas. Jorge Gutman