BRING THEM DOWN. Irlanda-Gran Bretaña-Bélgica, 2024. Un film escrito y dirigido por Christopher Andrews. 106 minutos
Un drama centrado en dos familias campesinas de Irlanda es lo que el novel realizador Christopher Andrews considera en Bring Them Down en un guión que le pertenece.
![](http://tribunacultural.com/wp-content/uploads/2025/02/BRING-THEM-DOWN.jpg)
Christopher Abbott
Ubicado en una zona rural no especificada de Irlanda, la historia comienza en los años 90 donde se observa a Michael O’Shea /Christopher Abbott) conduciendo su automóvil en una carretera acompañado de su madre Peggy (Susan Lynch) y su novia Caroline (Nora-Jane Noone). Cuando él se entera que su progenitora intenta separarse de su padre, irresponsablemente imprime a su auto una velocidad excesiva que conduce a un terrible accidente donde su madre muere y Caroline que está ubicada en el asiento trasero queda herida con marcadas cicatrices en su rostro.
Inmediatamente la acción se traslada unas décadas en donde se ve a Michael ocupándose de la cría de ovejas y atendiendo en gran parte las órdenes de Ray (Colm Meaney), su parapléjico padre gruñón postrado en una silla de ruedas. Cerca de ellos habitan Caroline que ahora está casada con Gary Keeley (Paul Ready) que junto con su hijo Jack (Barry Keoghan) son granjeros dedicados a la misma explotación de ganado. La rivalidad entre ambos vecinos es evidente, en parte porque Gary sospecha que su mujer aún abriga ciertos sentimientos hacia su antigua pareja y fundamentalmente porque al estar interesado en adquirir parte del terreno de Michael éste rechaza venderlo. La hostilidad generada llega a intensificarse cuando Michael descubre que Jack se apropió de dos de sus animales y tratando de hacer justicia por su cuenta su sed de venganza desemboca en desenfrenada violencia.
Como lo expuesto es desde la óptica de Michael, la película cobra interés cuando el relato es replanteado a través del punto de vista de Jack. Dentro del marco de una narración un tanto confusa el conflicto adquiere un tono ambiguo destilando la tóxica masculinidad imperante entre Michael y Jack.
Este drama imbuido de un clima sórdido y desolador con un abrupto desenlace sangriento, no permite generar la emoción necesaria debido a que el guión no es lo suficientemente explícito para que el espectador pueda integrarse en la exposición del relato.
A su favor el film cuenta con una excelente actuación de sus dos protagonistas. Abbott destella en la turbulencia que transmite su personaje y en especial por el sentimiento de culpa al haber causado la muerte de su madre; por su parte Keoghan se luce como el volátil muchacho que por imperio de circunstancias familiares es impulsado a actuar con ponzoñosa violencia. En un rol secundario el veterano Meaney convincentemente personifica al temperamental progenitor de Michael.
En otros elementos de esta producción se distingue la banda sonora de Hanna Peel que se asocia a la densa atmósfera del relato, así como la evocativa fotografía de Nick Cooke captando las imágenes de la zona campestre de Irlanda. Jorge Gutman