Nue­va Aven­tu­ra del Que­ri­do Oso

PAD­DING­TON IN PERÚ. Gran Bre­ta­ña, 2024. Un film de Dou­gal Wil­son. 106 minutos

En 2014 se tuvo el pla­cer de cono­cer al oso Pad­ding­ton que tuvo su ori­gen en el libro “A Bear Called Pad­ding­ton” del escri­tor bri­tá­ni­co Michael Bond, publi­ca­do en 1958. Su tras­la­do al cine fusio­nan­do la actua­ción de per­so­na­jes en vivo con otros ani­ma­dos digi­tal­men­te obtu­vo gran éxi­to gra­cias a la diná­mi­ca direc­ción de Paul King. Era obvio que habría una secue­la y es así que en 2017 con el mis­mo cineas­ta la mis­ma logró supe­rar al film ori­gi­nal Es aho­ra que reem­pla­zan­do a King, el rea­li­za­dor Dou­gal Wil­son en su pri­mer lar­go­me­tra­je abor­da la nue­va secue­la del entra­ña­ble oso en Pad­ding­ton in Perú.

Una esce­na del film

En esta his­to­ria reen­con­tra­mos a Pad­ding­ton (voz de Ben Whishaw) vivien­do en Ingla­te­rra con su fami­lia adop­ti­va inte­gra­da por Henry Brown (Hugh Bon­ne­vi­lle), su espo­sa Madi (Emi­lia Mor­ti­mer), los hijos Jonathan (Samuel Jos­lin) y Judy (Made­lei­ne Harris), acom­pa­ña­dos de la ama de casa Mrs Bird (Julie Wal­ters). Para satis­fac­ción de Pad­ding­ton, aca­ba de reci­bir su pasa­por­te bri­tá­ni­co sin ima­gi­nar que pron­to habrá de utilizarlo.

La ruti­na se inte­rrum­pe cuan­do el oso reci­be una noti­cia preo­cu­pan­te de su que­ri­da tía Lucy (Imel­da Staun­ton) quien vive en Perú en el hogar de osos jubi­la­dos. En con­se­cuen­cia Pad­ding­ton deci­de via­jar con los Brown a su tie­rra natal a fin de visi­tar­la; sin embar­go, una vez lle­ga­do a des­tino la madre supe­rio­ra (Oli­via Col­man) les comu­ni­ca que Lucy des­apa­re­ció en algún lugar de la jun­gla ama­zó­ni­ca y que dejó un par de ante­ojos, una pul­se­ra y un mapa que per­mi­ti­rá ubicarla.

A par­tir de allí comen­za­rá la gran aven­tu­ra en la que la fami­lia bri­tá­ni­ca y Pad­ding­ton inten­ta­rán loca­li­zar a Lucy en la sel­va ama­zó­ni­ca como asi­mis­mo debe­rán sor­tear los peli­gros que ace­chan en este peri­plo, en par­te cuan­do alqui­lan un bote mane­ja­do por el luc­tuo­so Hun­ter (Anto­nio Ban­de­ras) y su hija (Car­la Tous) que debe­rán trans­por­tar­los a lo lar­go del río Amazonas.

A tra­vés de una colo­ri­da aven­tu­ra de acción no exen­ta de humor, el novel direc­tor no alcan­za a lograr el impac­to de los dos fil­mes pre­ce­den­tes; eso en par­te es debi­do a una pues­ta escé­ni­ca con­ven­cio­nal imbui­da en cier­tos tra­mos de un rit­mo no del todo flui­do. De todos modos el buen elen­co, los logra­dos dise­ños de pro­duc­ción, una satis­fac­to­ria foto­gra­fía de Erik Wil­son así como la huma­ni­dad e irra­dian­te sim­pa­tía del que­ri­do Pad­ding­ton per­mi­ten que el públi­co asis­ta a un agra­da­ble entre­te­ni­mien­to. Jor­ge Gutman