ADOLESCENCE. Gran Bretaña, 2025. Una miniserie dirigida por Philip Baratini. 4 Horas. Disponible en Netflix.
Un impactante drama humano es lo que se presencia en Adolescence, una miniserie de ficción integrada por cuatro capítulos que ha sido creada por Stephen Graham y Jack Torne enfocando las consecuencias generadas por un acto violento.

Owen Cooper
La acción que se desarrolla en el condado inglés de Yorkshire, comienza cuando una comitiva policial encabezada por el detective Luke Bascombe (Ashley Walters) irrumpe en el hogar de la familia Wilson integrada por Eddie (el coguionista Stephen Graham), su mujer Manda (Christine Tremarco) y sus dos vástagos, la mayor Lisa (Amelie Pease) de 18 años y Jamie (Owen Cooper) de 13 años. El motivo de esa irrupción es detener a Jamie a quien se le acusa de haber acuchillado la noche anterior a Katie, una compañera de la escuela. La familia en pleno queda conmocionada y aterrada ante la noticia en donde Jamie perjura su inocencia. No obstante su edad en la que evidentemente no es aún una persona adulta, él es trasladado por un patrullero a la comisaria siéndole asignado un abogado defensor. A pesar de que el quejumbrado Jamie niega rotundamente haber sido el criminal, acontece que hay un video en el que se observa cómo atacó a la víctima y por lo tanto resulta el único sospechoso de su muerte.
Al día siguiente, Bascombe junto con su colega Misha Frank (Faye Marsay), se encaminan al colegio de Jamie, quienes con el permiso previo de la autoridad escolar, tratan de interrogar a algunos compañeros que tuvieron mayor contacto con el acusado a fin de indagar acerca de la relación mantenida entre la víctima y su atacante. Nada concluyente obtienen de los interrogados salvo que Adam (Amari Bacchus), el hijo de Bascombe que asiste al mismo colegio, le hace saber que Katie, a través de Instagram, le había enviado a Jamie varios íconos para mofarse de él.
Lo más importante del relato no reside en saber si Jamie es o no culpable sino el entorno que lo rodea. A medida que la trama se desarrolla varios aspectos resultan relevantes. Así queda expuesta la situación del sistema imperante en los establecimientos educacionales donde los alumnos aún no adultos manejan los celulares que poseen a su discreción constituyendo una fuente de entretenimiento que adquiere mayor gravitación que la formación escolar recibida; en tal sentido los docentes parecieran impotentes para controlar a sus estudiantes cuando ellos mediante las redes sociales de sus móviles pueden acosar a terceros al punto de generar una incipiente violencia. No menos importante es la forma en que la indagación psicológica puede resultar frustrante; ese hecho se constata cuando una psicóloga (Erin Doherty) entrevista a Jamie en el Centro de Entrenamiento mediante una discutible aproximación que le produce al menor un arrebatado trance emocional.
Probablemente lo que en última instancia más gravita de esta apasionante historia es la forma en que la familia del inculpado resulta afectada por el infausto acontecimiento. Así, pocos meses después y a pocos días de que la corte pronuncie el veredicto los Miller sienten la mirada acusadora de los vecinos al punto de considerar si es conveniente o no mudarse a otra ciudad. Pero sobre todo, la emoción llega a su climax cuando a pesar de haber criado y brindado la mejor educación, cariño y apoyo a Jaime, el angustiado y acongojado Eddie pide perdón a su hijo ausente por haber fracasado como padre.
Con cámara en mano Barantini filma cada capítulo con un único plano secuencia, lo que implica que al no existir corte alguno la filmación se produce en tiempo real captando los rostros de los personajes a medida que se van desplazando de un lugar hacia otro, sin que ese factor atenúe la fluidez del relato. Lo que resulta inquietante es que esta historia de ficción que adquiere el viso de un verdadero documental, es a todas luces realista; es así que a través del mundo virtual en que viven los adolescentes de la actual generación, ellos pueden resultar afectados por acontecimientos similares a lo que aquí se expone.
Además del valioso contenido concebido por Graham y Thorne y de la sólida dirección de Barantini, el film se valoriza con la participación de un elenco excepcional, donde cada intérprete se despersonifica para adentrarse por completo en la vivencia de su personaje. A título personal, lo que más me ha impresionado son las actuaciones del joven Cooper quien en un excepcional tour de force se involucra en la psicología del vulnerable adolescente, así como Graham profundamente conmueve en el episodio final.
Por sus indiscutibles méritos, esta cautivante miniserie nutrida de un contenido que obliga a reflexionar es de imprescindible visión. Jorge Gutman
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