UNE PART MANQUANTE / A MISSING PART. Francia-Bélgica, 2024. Un film de Guillaume Senez. 98 minutos
Un drama acerca de la paternidad y el particular sistema legal de Japón sobre la custodia de hijos cuando un matrimonio se fractura son dos temas bien cohesionados que convergen en Une Part Manquante del diredtor Guillaume Senez quien después de haber filmado Nos Batailles (2018) con el actor Romain Duris vuelve nuevamente a trabajar con él asumiendo el rol protagónico.

Romain Duris
Duris anima a Jay, un hombre francés de mediana edad que vive en Tokio y trabaja en horas nocturnas como taxista para una compañía local. Después de haber estado casado con Keiko (Ymi Narita) en Francia, hace nueve años que la pareja quedó deshecha; en ese entonces su esposa nacida en Japón decidió regresar a su tierra natal con su hijita Lily (Mei Cirne-Masuki) de 3 años. Tratando de no perder la autoridad paternal Jay nunca accedió a divorciarse y a su vez decidió posteriormente radicarse en Tokio a fin de retomar el contacto con la niña. Dado que Keiko tuvo a su cargo a Lily cuando se produjo la separación, en Japón no existe la modalidad de la custodia compartida y por tal razón él no está autorizado a estar con Lily. De todos modos,después de un largo período de no haberla visto, su máximo deseo es poder reencontrarla en la multitudianaria ciudad dado que desconoce su paradero.
Hay dos factores que concurren para que la vida de este taciturno individuo adquiera inesperados matices. Uno de los mismos acontece cuando conoce a Jessica (Judith Chemla), una compatriota que atraviesa un problema similar dado que divorciada de su diplomático esposo japonés es él quien únicamente tiene a su cargo a su niño; en tal sentido Jay, manteniendo un vínculo amistoso con ella trata de consolarla y brindarle apoyo, aunque Jessica no puede dejar de lado su rabia y desesperación frente a la situación que sobrelleva.
El elemento más trascendente es cuando al reemplazar a otro conductor se le asigna a Jay de recoger en su vehículo a una preadolescente de 12 años para su traslado a la escuela local; aunque al principio ignora su identidad bien pronto queda confirmado de que se trata de Lily. Dado que en los días sucesivos se produce similares encuentros, surge entre ambos una emotiva relación aunque al principio ella no sabe que el conductor del vehículo es su progenitor. Consecuentemente Jay percibe una luz de esperanza de volver a ser padre y brindarle todo el amor paternal que siente por ella;; con todo la tarea no resulta sencilla en la medida que cuenta con la firme oposición de Keiko y de su madre.
El realizador es bien favorecido por el guón que preparó juntamente con Jean Denizot; en tal sentido, la historia aunque naturalmente sentimental evita caer en un lacrimógeno melodrama. En consecuencia Senez obtiene un film humano mediante una sobria puesta escénica y agraciado por la estupenda caracterización que Duris consigue de su personaje; su excelente actuación refleja las vicisitudes de un ser solitario y apático que ve transformada su vida al alentar la posibilidad de llegar a ser un buen padre. Asimismo cabe elogiar la performance de la joven Cirne-Masuki transmitiendo espontaneidad, simpatía y calidez en su personaje además de lograr una perfecta química con Duris.
En síntesis, apelando a genuinos recursos Senez logra una tierna historia que sin estridencia alguna es capaz de conmover al espectador. Jorge Gutman