Crónica de Jorge Gutman
JANETTE. Texto: Rébeca Déraspe. – Dirección : Jean-Simon Traversy – Elenco: Norman Chouinard, Zoé Lajeunesse-Guy., François-Simon-Poirier, Sébastien Rajotte, Phara Thibault, Guylaine Tremblay y Cynthia Wu-Maheux — Escenografía: Odile Gamache – Vestuario: Cynthia St-Gelais – Iluminación: Julie Basse – Música: Andréa Marsolais-Roy — Dirección Vocal y Arreglos: Lorenzo Somma — Accesorios: Julia Measroch – Maquillaje y Peinado: Sylvie Rolland Provost — Asistencia de Dirección: Marie-Hélène Dufort. – Consejero Histórico: Laurent Turcot — Duración: 110 minutos sin entreacto – Representaciones: hasta el 17 de Mayo de 2025 en el Théâtre Duceppe
Un acontecimiento realmente histórico es el que el público teatral tuvo oportunidad de juzgar la noche del estreno de Janette en el Teatro Duceppe. Eso es debido a que rara vez se tiene la oportunidad de juzgar la vida de una excepcional feminista como lo es Janette Bertrand que el 25 de marzo pasado ha cumplido 100 años y que desde su butaca se encontraba radiante presenciando el contenido de la pieza.

(Foto: Dany Taillon)
A través de las conversaciones que la talentosa dramaturga Rébeca Déraspe mantuvo con Bertrand la pieza es un magnífico fresco teatral donde se pasa revista a ciertos momentos resaltantes de su vida. Para ello, el director Jean-Simon Traversy ha contado con un elenco de ocho artistas liderado por la antológica interpretación de Guylaine Tremblay quien en cuerpo y alma se somete en el espíritu de Janette; en tal sentido cabe destacar el inteligente criterio de la legendaria mujer quien pidió que Tremblay la personifique.
De allí en más el texto de la autora abarca un siglo de su existencia desde su nacimiento en 1925 hasta nuestros días. Es así que se aprecia en sus años de infancia donde desde entonces existe en la niña un deseo de superación que habrá de reforzarse cuando ya adolescente contraría la autoridad de su padre decidiendo emprender estudios universitarios, a la vez que reitera que una mujer se iguala a la par de un hombre; ese aspecto se opone a la sumisión de la mujer inculcada por la iglesia durante el oscurantista período de la Grande Norceur de Quebec. En una nota más triste se contempla la pena de Janette frente al grave mal que aqueja a su madre afectada de tuberculosis.

(Foto: Dany Taillon)
Entre otros jalones de su existencia se asiste a su primer matrimonio con Jean Lajeunesse, en 1947, inmediatamente después como madre de familia, así como sus primeros pasos por la televisión en la década del 50, o bien su actividad como periodista, animadora, actriz e incluso autora. Una viñeta hace referencia al especial encuentro que mantuvo con los Beatles en 1964, al igual que el grave impacto que la sacude cuando en 1989 se produce la tragedia canadiense con la masacre femenina acontecida en la Escuela Politécnica de la Universidad de Montreal.
Como se mencionó previamente, Tremblay transmite admirablemente la magnífica escritura de Déraspe expresando la vivacidad, energía, determinación y elocuencia de un ser que entre sus múltiples cualidades ha sido una valiente activista en procura de la emancipación de las mujeres; es así que con su actuación denuncia la injusticia producida por los prejuicios y tabús existentes en cuanto al rol que tradicionalmente era atribuido a la población femenina de Quebec.

(Foto: Dany Taillon)
Si la interpretación de Tremblay es insuperable, ello no va en detrimento de los integrantes del resto del reparto que la acompañan de manera coral actuando como interlocutores de Janette; entre los mismos resulta emotivo contemplar en escena a Zoé Lajeunesse-Guy, la nieta de Janette Bertrand.
A la irreprochable puesta escénica de Traversy, cabe distinguir la escenografía de Odile Gamache que asemeja al decorado de la emisión “Parler pour parler” que Janette animó en la televisión.
En esencia, la audiencia asiste a una conmovedora obra que basada en la vida real de una excepcional feminista, decididamente enriquece la cartelera teatral de Montreal.
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