Meri­to­ria Ópe­ra Prima

SIMÓN DE LA MON­TA­ÑA. Argen­ti­na-Chi­le-Uru­guay, 2024. Un film escri­to y diri­gi­do por Fede­ri­co Luis. 96 minu­tos. Pre­sen­ta­do en el Fes­ti­val de Cine Lati­no­ame­ri­cano de Mon­treal.

Tras haber incur­sio­na­do en cua­tro cor­tos, el direc­tor Fede­ri­co Luis debu­ta en el lar­go­me­tra­je con Simón de la Mon­ta­ña, un film que abor­da el tema de la dis­ca­pa­ci­ta­ción inte­lec­tual en un gru­po de jóvenes.

Pehuen Pedro y Loren­zo Ferro

El guión del rea­li­za­dor com­par­ti­do con Tomás Murphy y Agus­tín Tos­cano ubi­ca la acción en una peque­ña ciu­dad de Argen­ti­na pró­xi­ma a la Cor­di­lle­ra de los Andes. En su comien­zo se obser­va a varios jóve­nes con retra­so men­tal que duran­te una excur­sión a la mon­ta­ña tra­tan de salir a flo­te fren­te a una vio­len­ta tor­men­ta de vien­to y entre ellos se halla Simón (Loren­zo Ferro) de 22 años de edad y su ami­go Pehuén (Pehuén Pedre). Tras una elip­sis vemos a este gru­po ubi­ca­do en un cen­tro que aco­ge a débi­les men­ta­les y en prin­ci­pio todo hace pre­su­mir que por los tics que adop­ta Simón, él igual­men­te sufre de simi­lar ano­ma­lía. Sin tener un cer­ti­fi­ca­do de dis­ca­pa­ci­dad que lo habi­li­te para poder con­cu­rrir a ese lugar, Pehuén tra­ta de ayu­dar­lo para que lo obtenga.

Vivien­do con su madre (Lau­ra Nevo­le) y su padras­tro (Agus­tín Tos­cano) quien lo emplea como su ayu­dan­te de mudan­zas, que­da la duda por saber si Simón real­men­te es o no un retra­sa­do men­tal dado que con los suyos no lo demues­tra; sin embar­go, esa incer­ti­dum­bre se acre­cien­ta por su volun­tad de que­rer con­vi­vir con el gru­po men­cio­na­do. En ese accio­nar, el film efec­túa un retra­to de esa gen­te exhi­bien­do sus dife­ren­tes nive­les de ano­ma­lía como así tam­bién el impul­so sexual de alguno de ellos, inclu­yen­do el de la joven Colo (Kia­ra Supi­ni) que se sien­te atraí­da por Simón aun­que él tra­ta de evi­tar un acer­ca­mien­to íntimo.

Sien­do fre­cuen­te­men­te cri­ti­ca­do por su madre, Simón da mues­tras de una com­ple­ta inma­du­rez e irres­pon­sa­bi­li­dad; eso se mani­fies­ta en una secuen­cia con­du­cien­do alo­ca­da­men­te el auto­mó­vil de la fami­lia, don­de expo­ne su vida, así como las de Pehuén, Colo y otros inte­gran­tes del gru­po que via­jan con él.

Igno­ran­do si Simón es o no un far­san­te simu­la­dor, la pelí­cu­la per­mi­te refle­xio­nar sobre has­ta dón­de lle­ga la barre­ra que deli­mi­ta la acti­tud nor­mal o anor­mal de un ser humano para que se lo con­si­de­re men­tal­men­te discapacitado.

El film se bene­fi­cia de la exce­len­te actua­ción de Ferro quien ya había impre­sio­na­do gra­ta­men­te en el per­so­na­je pro­ta­gó­ni­co de El Ángel (2018) de Luis Orte­ga; en esta opor­tu­ni­dad rati­fi­can­do su talen­to de actor expre­san­do las con­tra­dic­cio­nes del com­por­ta­mien­to de su per­so­na­je poco agra­da­ble; a su lado se dis­tin­guen Pedre y Supi­ni, quie­nes al igual que los res­tan­tes intér­pre­tes jóve­nes, sin ser pro­fe­sio­na­les trans­mi­ten con ple­na natu­ra­li­dad los per­so­na­jes asig­na­dos en el guión.

Aun­que imper­fec­ta por intro­du­cir algu­nas secuen­cias inne­ce­sa­rias como en el caso de una gra­tui­ta vio­len­ta esce­na en su tra­mo final, la ópe­ra pri­ma de Luis es meri­to­ria; en tal sen­ti­do los valo­res del film han sido reco­no­ci­dos por el jura­do de la Sema­na de la Crí­ti­ca del fes­ti­val de Can­nes de 2024 al haber­lo pre­mia­do como el mejor exhi­bi­do en esa sec­ción. Jor­ge Gutman