Para­da Terapéutica

VOIR DU PAYS (The Sto­po­ver). Fran­cia, 2016. Un film escri­to y diri­gi­do por Delphi­ne Coulin y Muriel Coulin

Aun­que el Sín­dro­me de Estrés Pos­trau­má­ti­co afec­tan­do a sol­da­dos ame­ri­ca­nos que par­ti­ci­pa­ron en con­flic­tos béli­cos ha sido varias veces con­si­de­ra­do en pelí­cu­las de Esta­dos Uni­dos, ésta es la pri­me­ra vez que el deli­ca­do tema es con­si­de­ra­do des­de la pers­pec­ti­va feme­ni­na con per­so­na­jes fran­ce­ses en Voir du Pays.

Ariane Labed y Soko

Aria­ne Labed y Soko

Este dra­ma, cuyo guión escri­to por las her­ma­nas Delphi­ne y Muriel Coulin está basa­do en el libro homó­ni­mo de Delph­ni­ne Coulin, se cen­tra en Auro­re (Aria­ne Labed) y Mari­ne (Soko), dos jóve­nes vein­tea­ñe­ras que han sido ami­gas des­de lar­ga data. Habien­do opta­do por seguir una carre­ra mili­tar ellas aca­ban de cum­plir una misión en Afganistán.

Las auto­ri­da­des fran­ce­sas han deci­di­do que antes de retor­nar al país, el gru­po de sol­da­dos de la uni­dad mili­tar efec­túen una para­da de tres días en Chi­pre, en un hotel de cin­co estre­llas. El pro­pó­si­to es que ade­más de des­can­sar en un ambien­te rela­ja­do y mima­dos con todas las recrea­cio­nes que ofre­ce el lugar, los sol­da­dos sean some­ti­dos a una ope­ra­ción de des­com­pre­sión con la ayu­da de un equi­po de “reali­dad vir­tual” a fin de athttps://www.youtube.com/watch?v=WackfKIMsKsenuar los efec­tos trau­má­ti­cos pro­du­ci­dos por el con­flic­to bélico.

A pesar de que en prin­ci­pio no exis­te dife­ren­cia entre los inte­gran­tes del gru­po, el rela­to exte­rio­ri­za sutil­men­te cómo estas jóve­nes son con­si­de­ra­das por su géne­ro sexual por par­te de sus cole­gas mas­cu­li­nos. El aspec­to de mayor tras­cen­den­cia dra­má­ti­ca del rela­to se pro­du­ce en las sesio­nes de tera­pia colec­ti­va que afec­tan a Auro­re y Mari­ne de dife­ren­te mane­ra; si bien la pri­me­ra se aco­pla a brin­dar su tes­ti­mo­nio de gue­rra rela­tan­do cómo que­dó afec­ta­da al ver morir a tres de sus com­pa­ñe­ros en una embos­ca­da, Mari­ne por el con­tra­rio ofre­ce resis­ten­cia a esta moda­li­dad terapéutica.

Cuan­do ambas ami­gas jun­to con Fanny (Gin­ger Roman), otra sol­da­do del gru­po, salen para cono­cer la isla con mucha­chos chi­prio­tas (Andreas Kons­tan­ti­nou, Makis Papa­di­mi­triou), el guión intro­du­ce cier­tos giros dra­má­ti­cos que ponen a prue­ba la amis­tad de Auro­re y Marine.

Si bien el rela­to per­mi­te demos­trar cómo a pesar de los esfuer­zos rea­li­za­dos para borrar de la memo­ria las hue­llas del com­ba­te no siem­pre es posi­ble que el estrés pue­da cica­tri­zar­se por com­ple­to; lo cier­to es que, por lo que aquí se apre­cia, cada indi­vi­duo reac­cio­na de mane­ra diferente.

Esen­cial­men­te, las rea­li­za­do­ras han efec­tua­do un minu­cio­so aná­li­sis de la fra­gi­li­dad psi­co­ló­gi­ca de mili­ta­res en su pro­ce­so de rein­te­gra­ción a la vida civil y al hacer­lo resul­ta enco­mia­ble la for­ma en que los per­so­na­jes feme­ni­nos han sido explo­ra­dos sin recu­rrir a nin­gu­na suer­te de este­reo­ti­pos. Este film no exen­to de emo­ción, que mere­ci­da­men­te fue pre­mia­do en la sec­ción Un Cer­tain Regard del últi­mo fes­ti­val de Can­nes, cuen­ta con un elen­co sol­ven­te don­de se des­ta­can Labed y Soko; ade­más de ofre­cer una inter­pre­ta­ción ple­na de mati­ces, ambas con­si­guen que sus per­so­na­jes guar­den la ade­cua­da com­pli­ci­dad, con­tri­bu­yen­do en gran par­te a que se haya logra­do el obje­ti­vo per­se­gui­do por las her­ma­nas Coulin. Jor­ge Gutman