HOPE SPRINGS. Estados Unidos, 2012. Un film de David Frankel. Elenco: Meryl Streep, Tommy Lee Jones, Steve Carell
Con un reducido elenco liderado por Meryl Streep y Tommy Lee Jones y con la participación de Steve Carell, la cartelera ofrece un film alternativo dirigido especialmente para un público de edad media que podrá comprender y /o identificarse con las peripecias atravesadas por un matrimonio después de un prolongado período de convivencia.
Con el guión de Vanessa Taylor ‑no siempre del todo consistente- abordando el desvanecimiento pasional que suele producirse con el paso del tiempo en la vida de una pareja, el director David Frankel ha sabido explotar este tema apoyado por las notables caracterizaciones que brindan Streep y Lee Jones como dos esposos que requieren de urgente vitamina para revitalizar su relación.
Casados durante 31 años, Kay (Streep) y Arnold (Tommy Lee Jones) viven con todo confort en su casa de Nebraska; ambos se quieren pero los años de vida en común han convertido la relación en rutina; así, él se muestra como un desatento marido que prefiere mirar por televisión un partido de golf antes que dedicarle un mimo, toque o manifestación de cariño a Kay, mientras que el rol de ella consiste en estar al servicio de su marido. A fin de lograr que el vínculo adquiera mayor intimidad, ella decide viajar por una semana acompañada de su reluctante marido a la pequeña ciudad de Great Hope Springs en Maine a fin de consultar al Doctor Feld (Steve Carell), un renombrado autor y terapeuta especialista en materia matrimonial.
Considerable parte del film transcurre en las sesiones que tienen lugar en el consultorio del terapeuta donde a instancias del mismo la pareja trata de enfrentar el estado actual de su relación con especial énfasis en la ausente vida sexual y las lecciones que deben seguir a fin de mejorar la situación.
Pocas veces el cine ha abordado con tanta franqueza y delicadeza la sal y pimienta que dinamiza la intimidad de un matrimonio de la manera como aquí queda expuesta. Con todo hay aspectos que el guión deja de lado, como por ejemplo al no indagar de qué manera transcurrió la vida conyugal de Kay y Arnold antes de haber llegado al crítico estado actual. La observación precedente no alcanza a empañar la apreciación que el público pueda tener de este relato donde de momentos graciosos o risueños, se pasa fluidamente a otros más dramáticos, siempre dentro del marco de situaciones que tienen sentido y coherencia. Gran parte de los méritos del film se basa como ya se mencionó previamente, en la calidad actoral. Después de su rotundo triunfo en The Iron Lady, Streep sigue demostrando que es una de las actrices más versátiles que se haya conocido, aportando en este caso la calidez y ansiedad de una mujer que sinceramente quiere a su marido y está determinada a salvar su matrimonio; por su parte Lee Jones con sus expresiones gestuales está impagable caracterizando al alejado y un tanto hosco cónyuge que va cambiando de ánimo e impresión a medida que la terapia comienza a rendir sus frutos. Finalmente, Steve Carell es toda una revelación como el afable, moderado y persistente profesional que sabe cómo conducirse y aleccionar a la atribulada pareja.
Conclusión: Un buen film que con mucho tacto y sobriedad se adentra en las relaciones íntimas de un matrimonio de la tercera edad. Jorge Gutman