Un Film Excepcional

A SEPA­RA­TION. Irán, 2011. Un film escri­to y diri­gi­do por Asghar Farha­di. Elen­co: Pey­man Moa­di, Lei­la Hata­mi, Sareh Bayat, Sari­na Farha­di, Ali-Asghar Shah­ba­zi. Dis­tri­bui­do­ra: Sony Pic­tu­res Home EntertainmentUN FILM EXCEPCIONAL

Este film es una obra maes­tra del cine. Ade­más de expo­ner pro­ble­mas éti­cos y mora­les de difí­cil reso­lu­ción obli­ga a refle­xio­nar de qué modo peque­ños deta­lles no bien enca­mi­na­dos pue­den gene­rar com­pli­ca­cio­nes supe­rio­res sin que sea posi­ble cul­par a nadie por­que cual­quie­ra sea la posi­ción asu­mi­da hay razo­nes que jus­ti­fi­can el com­por­ta­mien­to adop­ta­do por los per­so­na­jes de esta historia.

Uti­li­zan­do el enfo­que de una nove­la detec­ti­ves­ca, el guión del rea­li­za­dor Asghar Farha­di man­tie­ne en vilo al públi­co cons­tan­te­men­te. Pero lejos de saber “quién lo hizo” o “quién es el ase­sino”, Farha­di se apar­ta de Hitch­cock o de Agatha Chris­tie al ofre­cer una intri­ga que se ale­ja de cri­mi­na­les o mal­he­cho­res para en cam­bio basar­se en la con­duc­ta huma­na. Des­de esa ópti­ca el cineas­ta plan­tea en su rela­to pre­gun­tas que no encuen­tran res­pues­tas con­cre­tas o espe­cí­fi­cas; eso es debi­do a las con­tra­dic­cio­nes y acti­tu­des a veces des­con­cer­tan­tes que son la esen­cia de la con­di­ción huma­na. 

La acción que se desa­rro­lla en Tehe­rán pre­sen­ta en sus pri­me­ras imá­ge­nes a un matri­mo­nio de cla­se media que se encuen­tra ubi­ca­do fren­te a un juez a quien se le oye pero no se le ve. Simin (Lei­la Hata­mi) plan­tea al magis­tra­do su deseo de obte­ner el divor­cio de su mari­do Nader (Pey­man Moa­di) a pesar de que reco­no­ce que es un hom­bre decen­te y hones­to. La dis­cor­dia es debi­da al hecho de que la pare­ja ha obte­ni­do una visa para salir del país y mien­tras que ella está ansio­sa de hacer­lo cuan­to antes, él se nie­ga por­que no pue­de dejar des­am­pa­ra­do a su anciano padre (Ali-Asghar Shah­ba­zi) que vive con ellos y está afec­ta­do por el mal de Alzhei­mer. Aun­que Nader está dis­pues­to a con­ce­der la peti­ción de su espo­sa, sin embar­go rehú­sa a que ella par­ta con la hija de 11 años (Sari­na Farha­di) de ambos; de allí que el juez no pue­da otor­gar el divor­cio en ese momen­to reco­men­dan­do al matri­mo­nio para que se pon­ga de acuer­do a fin de adop­tar pos­te­rior­men­te una deci­sión final. Fren­te al pro­ble­ma no resuel­to, Simin resuel­ve dejar el domi­ci­lio con­yu­gal, for­zan­do a Nader a tener que con­tra­tar a una per­so­na para que se ocu­pe de cui­dar a su padre mien­tras él está ausen­te trabajando.

De la pre­mi­sa ini­cial des­crip­ta el rela­to adop­ta un matiz más com­ple­jo con el per­so­na­je de Razieh (Sareh Bayat), la emplea­da domes­ti­ca que dia­ria­men­te ven­drá a ayu­dar al padre de Nader. Ella es una mujer per­te­ne­cien­te a una cla­se social muy infe­rior a la de su patrón y que acep­ta ese empleo sin que lo sepa su mari­do (Shahab Hos­sei­ni), –de natu­ra­le­za emo­cio­nal y un tan­to vio­len­to- por­que está des­ocu­pa­do; ade­más, a dife­ren­cia de la acti­tud libe­ral y secu­lar de Nader y Simin, Razieh es una devo­ta musul­ma­na, hecho que la pone en difi­cul­ta­des cuan­do el anciano ensu­cia sus pan­ta­lo­nes y no se deci­de a cam­biar­lo sin con­sul­tar a la auto­ri­dad reli­gio­sa. 

A medi­da que avan­za el metra­je, el libre­to intro­du­ce una con­ca­te­na­ción rápi­da de acon­te­ci­mien­tos que van adqui­rien­do un cariz dra­má­ti­co cada vez más inten­so y apa­sio­nan­te. Así, el direc­tor ofre­ce amplio mar­gen para que el espec­ta­dor medi­te sobre lo que va obser­van­do aun­que es difí­cil de juz­gar con com­ple­ta obje­ti­vi­dad por­que cada per­so­na encon­tra­rá razo­nes sufi­cien­tes para com­pren­der y jus­ti­fi­car las vir­tu­des y falen­cias de los per­so­na­jes involucrados.

A tra­vés de la expec­ta­ti­va cre­cien­te que se va crean­do para saber cómo con­clui­rá el rela­to, el públi­co se encuen­tra com­pla­ci­do al com­pro­bar cómo no hay nada que que­de suel­to y de qué modo Ter­meh, la tran­qui­la niña que va adqui­rien­do una for­ta­le­za y madu­rez nota­ble a medi­da que el film se desa­rro­lla, como tes­ti­go silen­cio­so de lo que está acon­te­cien­do debe­rá adop­tar la difí­cil deci­sión de ele­gir con cuál de sus padres habrá de vivir. 

He aquí el ejem­plo de un film absor­ben­te y den­so pero de nin­gu­na mane­ra difí­cil de seguir. Con una pues­ta escé­ni­ca inob­je­ta­ble, Farha­di ha adop­ta­do una narra­ti­va sen­ci­lla que per­mi­te trans­mi­tir lo que se pro­po­ne, per­mi­tien­do a que el públi­co pue­da empa­ti­zar de inme­dia­to con sus per­so­na­jes que son inter­pre­ta­dos por un elen­co de mag­ní­fi­cos acto­res. Cabe agre­gar que al mar­gen de la his­to­ria cen­tral, el film se valo­ri­za por haber abor­da­do con meri­dia­na cla­ri­dad las dife­ren­cias socia­les y reli­gio­sas impe­ran­tes en un país don­de los valo­res cul­tu­ra­les tra­di­cio­na­les con­vi­ven con los moder­nos. No menos des­ta­ca­ble es que si bien lo expues­to trans­cu­rre en Irán, lo que se ilus­tra alcan­za vali­dez universal.

Habien­do obte­ni­do el pre­mio máxi­mo en el Fes­ti­val de Ber­lín del año pasa­do, la Aca­de­mia Holly­wood lo ha dis­tin­gui­do con el Oscar al mejor film extran­je­ro de 2011. 

El DVD con­tie­ne como mate­rial suple­men­ta­rio comen­ta­rios del direc­tor, así como una entre­vis­ta efec­tua­da por Andrea Gross­man (Una vela­da con Asghar Farha­di) sobre la géne­sis del film y los dife­ren­tes aspec­tos rela­cio­na­dos con las carac­te­rís­ti­cas de los per­so­na­jes invo­lu­cra­dos en el mis­mo. 

La pre­sen­ta­ción es en ver­sión ori­gi­nal far­si o bien dobla­do al fran­cés, con sub­tí­tu­los opta­ti­vos en fran­cés e inglés. Jor­ge Gutman