LORE. Australia-Gran Bretaña-Alemania, 2012. Un film de Cate Shortland.
Una absorbente película ambientada en los últimos días del nazismo es lo que se aprecia en Lore. Después de haber logrado un exitoso debut con Somersault (2004), la realizadora Cate Shortland ofrece un drama de supervivencia mostrando cómo la transmisión de monstruosas ideas de padres a hijos pueden generar traumáticos sinsabores.
El guión escrito por la directora y Robin Mukherjee en base a la novela The Dark Room (2001) de Rachel Seiffert, se ubica en abril de 1945 durante los últimos días del régimen nazi cuando las fuerzas aliadas ya controlan el poder. Dentro de ese contexto observamos cómo Lore (Saskia Rosendahl) de 14 años de edad, sus cuatro hermanos menores, de los cuales uno de ellos es una criatura de escasos meses, así como su madre (Ursina Lardi) celebran el regreso del padre (Hans-Jochen Wagner) –un alto oficial de la SS- del frente de guerra alemán. Después de eliminar cualquier evidencia de documentación o fotografías comprometedoras que delaten la participación que les cupo en la causa nazi, el padre es arrestado y enviado a prisión en tanto que la traumatizada madre decide partir para entregarse a los aliados y de esta manera salvaguardar a sus hijos; antes de hacerlo, urge a Lore para que se encargue de cuidar a sus hermanitos y que se dirijan a la casa de la abuela que vive en Hamburgo, tratando de evitar cualquier contacto con los “enemigos” aliados. Prácticamente abandonados y sin dinero ni documentación alguna, comienza para estos hermanos un largo camino de 900 kilómetros que los separa desde Baviera, donde viven, hasta el lugar de destino.
De este modo, el relato adopta el carácter de road movie a través de la Selva Negra alemana donde se va contemplando una Alemania que yace en ruinas en tanto que Lore y los pequeños buscan la forma de sobrevivir frente a los problemas de alimentación y la necesidad de encontrar refugio. Prontamente los chicos enfrentan el primer escollo al encontrarse con tropas americanas que le demandan identificación sin tenerla; la oportuna intervención de Thomas (Kai Malina), un joven provisto de documentación judía, los salva de ser detenidos al hacerles aparecer como sus hermanos.
La relación ambivalente que va surgiendo entre Thomas y Lore es uno de los aspectos más interesantes del relato. A pesar de la atracción que la adolescente despierta en el muchacho, él no puede ignorar la circunstancia de que Lore está imbuida de la insidiosa ideología nazi que ha sido inculcada por sus padres y que en principio ella podría odiarlo por ser judío.
A través de la muy expresiva actuación de Rosendahl, el film realiza una buena exploración del universo adolescente permitiendo que la joven actriz exprese convincentemente el proceso de madurez y la pérdida de inocencia de Lore tratando de sobrellevar el pesado legado nazi recibido de sus padres para finalmente tener que admitir una verdad que le fue ocultada durante muchos años. De algún modo, la suerte de esta adolescente es la de muchos alemanes que vivieron enceguecidos por la influencia de un régimen insano y criminal que condujo al país a un desastroso desenlace. Jorge Gutman