La Casa Blan­ca Hecha Añicos

OLYM­PUS HAS FALLEN. Esta­dos Uni­dos, 2013. Un film de Antoi­ne Fuqua 

Este es un típi­co film de acción que par­tien­do de una acep­ta­ble pre­mi­sa ini­cial, al poco tiem­po comien­za a per­der fuer­za por su total fal­ta de cre­di­bi­li­dad con res­pec­to a cómo el dra­ma está expues­to. 

El pro­me­te­dor ini­cio pre­sen­ta a Mike Ban­ning (Gerard Butler) como agen­te del ser­vi­cio secre­to del Pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos, Ben­ja­min Asher (Aaron Eckhart), con quien man­tie­ne una muy amis­to­sa rela­ción. Sin embar­go, cuan­do en una noche inver­nal y con ple­na nie­ve, el auto­mó­vil pre­si­den­cial con Asher y su espo­sa (Ash­ley Judd) en su inte­rior sufre un dra­má­ti­co vuel­co, Ban­ning via­jan­do en un coche tra­se­ro apre­su­ra­da­men­te se baja del mis­mo para tra­tar de auxi­liar­los, logran­do sal­var al Pre­si­den­te pero no así a su seño­ra. Como con­se­cuen­cia de la tra­ge­dia, y aun­que Ban­ning no es cul­pa­ble de lo acon­te­ci­do, es trans­fe­ri­do a un car­go de menor res­pon­sa­bi­li­dad en el Depar­ta­men­to del Teso­ro y por lo tan­to ale­ja­do del pri­mer mandatario.

Tras el pró­lo­go des­crip­to, la acción se des­pla­za un año y medio des­pués, en momen­tos en que uno se impo­ne por la tele­vi­sión sobre la alta ten­sión exis­ten­te entre Corea del Nor­te y Corea del Sur. En esos momen­tos, Asher reci­be en su des­pa­cho de la Casa Blan­ca al emba­ja­dor de Corea del Sur; en el trans­cur­so de las con­ver­sa­cio­nes pre­li­mi­na­res, se pro­du­ce un des­me­su­ra­do ata­que aéreo que par­te en dos al Monu­men­to de Washing­ton en tan­to que por tie­rra las ame­tra­lla­do­ras de terro­ris­tas nor­co­rea­nos dis­fra­za­dos de turis­tas van cobran­do dece­nas de víc­ti­mas: el gru­po lide­ra­do por un des­pia­da­do jefe (Rick Yune) tie­ne como obje­ti­vo inva­dir la man­sión pre­si­den­cial y secues­trar al Pre­si­den­te. La vio­len­cia des­ple­ga­da se tra­du­ce en una ver­da­de­ra car­ni­ce­ría huma­na duran­te los 20 minu­tos que dura el ata­que. 

Gerard Butler

Gerard Butler

Dada esta situa­ción lími­te, el ser­vi­cio de segu­ri­dad tras­la­da al Pre­si­den­te y su per­so­nal más cer­cano jun­ta­men­te con el emba­ja­dor a un refu­gio sub­te­rrá­neo, pero la manio­bra es inme­dia­ta­men­te des­cu­bier­ta por los terro­ris­tas quie­nes ase­si­nan al diplo­má­ti­co y toman como rehe­nes a Asher, al Vice­pre­si­den­te (Phil Aus­tin), a la Secre­ta­ria de Defen­sa (Melis­sa Leo) y a otros altos fun­cio­na­rios allí pre­sen­tes. Cuan­do Ban­ning se ente­ra de la situa­ción rei­nan­te, deci­de diri­gir­se de inme­dia­to hacia la Casa Blan­ca, a la que lle­ga com­ple­ta­men­te indem­ne a pesar de tener que atra­ve­sar el fue­go de las ame­tra­lla­do­ras. 

Fren­te a la dra­má­ti­ca situa­ción el Por­ta­voz de la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes (Mor­gan Free­man) asu­me inte­ri­na­men­te la pre­si­den­cia. Duran­te una lar­guí­si­ma jor­na­da que se extien­de por 24 horas, el intré­pi­do Ban­ning tra­ta­rá de ubi­car al hiji­to del Pre­si­den­te (Fin­ley Jacob­sen) escon­di­do en la Casa Blan­ca, tras­la­dar­lo a un lugar segu­ro, coope­rar con el Pre­si­den­te en ejer­ci­cio infor­mán­do­le de lo que está suce­dien­do, eli­mi­nar todas las barre­ras de fue­go que se le inter­po­nen en el camino y, sobre todo, res­ca­tar con vida al Pre­si­den­te de la Nación.

Como se pue­de des­pren­der de este film, el ex agen­te caí­do en des­gra­cia se con­vier­te súbi­ta­men­te en un omni­po­ten­te y super­po­de­ro­so héroe capaz de enfren­tar por sí sólo y ven­cer a una mul­ti­tud de terro­ris­tas arma­dos has­ta los dien­tes. Por lo des­crip­to y por muchos otros deta­lles que con­vie­ne no reve­lar, uno no pue­de dejar de asom­brar­se de cómo es posi­ble con­ce­bir una his­to­ria con tan poco asi­de­ro real para supo­ner que los ser­vi­cios secre­tos o la fuer­za mili­tar ame­ri­ca­na pue­dan actuar con tan­ta tor­pe­za. Si bien un inten­to de inva­dir la man­sión pre­si­den­cial no es algo com­ple­ta­men­te dese­cha­ble des­pués de lo que el mun­do pre­sen­ció en sep­tiem­bre de 2001, lo que resul­ta alta­men­te cues­tio­na­ble es la for­ma en que esta his­to­ria está imple­men­ta­da al ser sus­traí­da de un mar­co acep­ta­ble­men­te rea­lis­ta. 

Los acto­res se toman muy a pecho los roles que inter­pre­tan; lás­ti­ma que los diá­lo­gos bana­les que deben man­te­ner y las fre­cuen­tes fra­ses cli­chés (“Los Esta­dos Uni­dos no nego­cia con terro­ris­tas”) que sur­gen del guión de Creigh­ton Rothen­ber­ger y Katrin Bene­dikt no resul­ten muy sopor­ta­bles. En cam­bio mere­ce des­ta­car­se el mag­ní­fi­co tra­ba­jo logra­do en la repro­duc­ción fide­dig­na de la Casa Blan­ca y sus apo­sen­tos inte­rio­res con­ver­ti­dos en cam­po de bata­lla así como tam­bién los exte­rio­res de la Ave­ni­da Pennsyl­va­nia al 1600 don­de está ubi­ca­da. 

Con­clu­sión: Un film de acción, extre­ma­da­men­te vio­len­to y de pedes­tre.  Jor­ge Gutman