THE COMPANY YOU KEEP. Estados Unidos, 2012. Un film de Robert Redford
Robert Redford regresa en su doble condición de director y actor en un drama político imbuido de suspenso que aunque un poco lento en su desarrollo deja no obstante un saldo positivo.
Las décadas de los años 60 y 70 se caracterizaron por la existencia de movimientos de izquierda antibélicos de violenta actuación donde uno de los mismos era el denominado Weather Underground en los Estados Unidos, que aunque nunca existió realmente sirve para impulsar la historia aquí planteada.
Basado en la novela del mismo nombre de Neil Gordon, el prólogo de The Company You Keep exhibe material de archivo de noticias de la televisión de esa época del mencionado movimiento clandestino que amenazaba volar edificios en numerosas ciudades americanas; también se llega a saber que el grupo había robado un banco en Michigan matando a un agente de seguridad. La acción inmediatamente se traslada a la hora actual donde después de varias décadas Sharon Solarz (Susan Sarandon), que estuvo envuelta en el robo mencionado es arrestada por la policía. Asignado para cubrir la nota sobre lo ocurrido, el joven periodista Ben Shepard (Shia LaBeouf) de un periódico de Albany comienza a considerar el caso que lo lleva a vincularse con Jim Grant (Robert Redford), un honorable abogado viudo de la misma ciudad que vive con su hijita Isabel (Jackie Evancho) de 11 años. Cuando Ben, indagando en el pasado de Jim llega a descubrir que su verdadera identidad es Nick Sloan y que aparentemente también participó en el asalto bancario, al revelar esa información comienza una despiadada cacería por parte del FBI que obliga al abogado a tener que huir en forma precipitada no sin antes dejar a Isabel en manos de su hermano (Chris Cooper) que reside en Nueva York.
El guión de Lem Dobbs presenta una historia que a medida que se va desarrollando se vuelve más densa y complicada. Por un lado se presencian los desplazamientos de Sloan a través de diferentes lugares de Estados Unidos, ansioso en tratar de esclarecer su inocencia antes de ser aprehendido por las autoridades; así irán apareciendo varias figuras que en el pasado estuvieron ligadas a él y que además de Solarz incluye a su ex mujer (Julie Christie), un respetado profesor de historia (Richard Jenkins) y un amigo leal (Nick Nolte). Simultáneamente, se sigue la labor detectivesca de Ben quien se encuentra firmemente decidido a continuar su investigación, a pesar de la reluctancia de su jefe (Stanley Tucci) y de algunos obstáculos que encuentra en el camino por parte del FBI; su propósito es tratar de unir varios hilos sueltos que van surgiendo con relación al verdadero rol que le cupo a Sloan en sus años de activista, a fin de determinar la verdad de lo que ha ocurrido para llegar a producir un informe esclarecedor.
Aunque en esencia este drama trata de determinar la inocencia de un individuo perseguido, el material ilustra situaciones donde los principios éticos y/o morales entran en juego. Así resulta de gran interés comprobar que muchos de los ex compañeros de Sloan aún se mantienen identificados con los ideales de antaño sin manifestarse arrepentidos; esa situación queda muy bien reflejada cuando Sharon –en una de las íntimas y mejores escenas del film- al ser entrevistada en el centro de detención por Ben manifiesta que dada las circunstancias ella volvería a actuar como lo hizo treinta años atrás porque “el gobierno estaba matando a millones” (alusión a Vietnam). De este modo, aunque no se lo proponga de manera directa, el relato deja amplio margen para reflexionar hasta qué punto la violencia anárquica puede ser legítimamente válida como expresión de disenso.
Sólidamente dirigido por Redford, también se destaca como actor, aunque exceda en edad al personaje que le toca encarnar; por su parte, LaBeouf, como el co-protagonista del film, cumple airosamente con su cometido animando al ambicioso reportero. El resto del elenco integrado en su mayor parte por nombres de la vieja ola, convence ampliamente en la composición de sus respectivos roles.
Conclusión: Un buen thriller que sin llegar a un nivel de alta tensión satisface ampliamente como legado de los ideales del radicalismo activista de la segunda mitad del siglo pasado. Jorge Gutman