THE HUNT. Dinamarca, 2012. Un film de Thomas Vinterberg
MadsMikkelsen realiza una estupenda labor y merecidamente obtuvo el año pasado en Cannes el premio a la mejor interpretación masculina por su participación en The Hunt del realizador danés Thomas Vinterberg. Con todo este drama psicológico escrito por el realizador junto a Tobías Lindholm no llega a satisfacer plenamente por su poco convincente premisa inicial.
El tema de la pedofilia es importante y ha sido tratado por el cine en más de una oportunidad, pero aquí no reviste el tratamiento que corresponde simplemente porque ese desgraciado mal no llega a manifestarse en lo que se está narrando. La trama se desarrolla en una pequeña comunidad de Dinamarca donde Lucas (Mikkelsen) se desempeña como maestro de un jardín de infantes. Este educador de intachable reputación, mantiene una buena relación con los niños de su clase; sin embargo, todo se trastabilla cuando en un momento determinado Klara (Annika Wederkopp), una niñita que es hija de Theo (Thomas Bo Larsen), el mejor amigo de Lucas, hace creer a Grethe, la directora del establecimiento (Susse Wold) que el maestro le exhibió su órgano viril. En lugar de reunir elementos que prueben la acusación infantil y partiendo del criterio de que “los niños nunca mienten” y que deben ser protegidos, la escuela acepta sin hesitar las declaraciones de la pequeña haciéndola aparecer como la inocente víctima de su desvergonzado maestro. De allí en más la historia alcanza proporciones desatinadas tratando de mostrar los mecanismos perversos del pueblo para castigar y hundir por completo a un hombre inocente sin que exista una evidencia concreta de su culpa; para peor, y a pesar de que la pequeña niega posteriormente lo que en su momento manifestó, nada ayudará para restablecer el buen nombre de Lucas.
Lo que se aprecia es más bien una telenovela bien filmada sobre cacería de brujas antes que un film que trate seriamente un asunto tan grave como lo es la incitación sexual infantil. La nota de gracia de este film es Mikkelsen quien provee calidez a la vez que un sentimiento de genuina devastación al personaje que le toca caracterizar.
Conclusión: Un relato que se deja ver aunque lo que se narra resulte inverosímil. Jorge Gutman