CARRIE. Estados Unidos, 2013. Un film de Kimberly Peirce
Este film es una nueva versión de la conocida novela Carrie de Stephen King que originalmente fue dirigido por Brian De Palma en 1976 con Sissy Spacek en el rol protagónico y Piper Laurie como su madre. Desde el vamos, se puede afirmar que aunque lo que la realizadora Kimberly Peirce ofrece aquí diste de tener el mismo lirismo e impacto que la película original, con todo su trabajo es respetable, permitiendo a la nueva generación de espectadores contemplar un film entretenido dentro del marco de las convenciones de los relatos de horror.
En líneas generales, salvo su prólogo, el relato basado en el guión de Lawrence D. Cohen y Roberto Aguirre-Sacasa se ajusta al libro de King aunque adaptado a las nuevas tecnologías de la época actual.
Chloe Grace Moretz anima a la protagonista Carrie White, una adolescente que teniendo como madre (Julianne Moore) a una persona fanáticamente religiosa ha influido en la formación de su personalidad convirtiéndola en una joven prácticamente ignorante de aspectos que se vinculan con su edad a la vez que la ha marginado socialmente.
La ingenuidad de Carrie así como su naturaleza tímida y extremada inocencia influyen para que sea diferenciada y acosada por sus compañeras de escuela. Cuando después de una ducha que tiene lugar en el recinto escolar es presa de un ataque de pánico al ver que gotas de sangre emanan de su cuerpo como consecuencia de su primera menstruación, no sólo que es objeto de la implacable burla de sus compañeras sino que además ella es filmada con el teléfono inteligente de una de las más despiadadas estudiantes (Portia Doubleday) quien coloca ese video en línea para que todo el mundo sepa lo que pasó. Es ahí donde Carrie descubre sus poderes de telequinesia, o sea la energía que emana de su cerebro para lograr el movimiento de los objetos, que a la postre se convertirá en su letal instrumento de venganza.
Hay algunas escenas que alcanzan resonancia y emotividad. Entre las mismas figura el cálido apoyo que Carrie recibe de su profesora de gimnasia (Judy Greer) defendiéndola abiertamente del desprecio que ella sufre en la escuela; otro momento clave es aquél en que ella llega reluciente como una Cenicienta a la fiesta de graduación acompañada por un compañero de clase de buena presencia (Ansel Elgort) en donde por primera vez cree haber ganado cierta aceptación social y confianza, aunque ese momento de felicidad resulte efímero.
Con un desenlace sembrado de violencia y horror, el film no alcanza la misma fuerza expresiva que el original pero no llega a decepcionar. Si bien la interpretación de Moretz dista de poseer la intensidad expresiva que brindase Spacek en el mismo rol, de todos modos se destaca como un ser débil, indefenso y desprotegido que sufre de los embates del ámbito escolar así como los desvaríos de su psicópata madre castradora. Quien realmente se adueña del film es Moore quien, desde la primera escena en que su trastornado personaje da a luz a Carrie hasta el instante final en el que se produce el decisivo enfrentamiento con su hija, traduce la verdadera sensación de una mujer que aplicando equivocadamente los preceptos bíblicos llega a un estado de completo desequilibrio emocional incluyendo la automutilación.
Conclusión: Aunque de nivel inferior al de su primera versión cinematográfica, esta película de horror está bien realizada y además interesa porque considera sobriamente el dramático y espinoso tema del “bullying” que afecta a la juventud adolescente de la época actual. Jorge Gutman