Una Tra­ve­sía Agitada

LA TRA­VER­SÉE DE LA MER INTÉ­RIEU­REAutor: Jean-Rock Gau­drealt – Direc­ción: Moni­que Ducep­pe – Elen­co: Michel Dumont, Pau­li­ne Mar­tín, Pie­rre-Fra­nçois Legen­dre — Deco­ra­dos: Nor­mand Blais — Ves­tua­rio: Fra­nçois Bar­beau – Ilu­mi­na­ción: Luc Prai­rie – Músi­ca Ori­gi­nal: Chris­tian Tho­mas. Dura­ción : 1h50 (sin entre­ac­to). Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 7 de diciem­bre de 2013 en el Théâ­tre Ducep­pe (www.duceppe.com)

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

Pierre-François Legendre y Michel Dumont

Pie­rre-Fra­nçois Legen­dre y Michel Dumont

El dra­ma­tur­go Jean-Rock Gau­dreault tran­si­ta en su nue­va obra en el cam­po de la polí­ti­ca; aun­que su apro­xi­ma­ción no es muy pro­fun­da, su con­te­ni­do pro­vee la sufi­cien­te dosis de inge­nio­si­dad a tra­vés de sus jugo­sos diá­lo­gos que en deter­mi­na­das ins­tan­cias pro­du­cen fran­ca hilaridad.

El pro­ta­go­nis­ta es Rosai­re Bou­chard de 70 años de edad que fue en el pasa­do un dipu­tado pro­vin­cial de Rober­val así como tam­bién ocu­pó el car­go de alcal­de de la muni­ci­pa­li­dad de Péri­bon­ka ubi­ca­da cer­ca de Lac Saint-Jean. Des­pués de haber esta­do lar­go tiem­po fue­ra del país y habien­do sufri­do la des­apa­ri­ción de su espo­sa tras una lar­ga enfer­me­dad, regre­sa al terru­ño con el pro­pó­si­to de pre­sen­tar­se en los sufra­gios que ten­drán lugar en la pro­vin­cia; para eso cuen­ta con el apo­yo incon­di­cio­nal de Solan­ge Lemieux, su leal cóm­pli­ce y asis­ten­te de toda la vida. Pero he aquí que los tiem­pos han cam­bia­do y la polí­ti­ca ha adqui­ri­do hoy en día mati­ces muy dife­ren­tes; de allí que el par­ti­do al cual per­te­ne­ce le envía a Eric Mar­tel-Des­for­ges, un joven estra­te­ga de 35 años de edad con la misión de ubi­car­lo mejor en la for­ma en que debe­be­rá des­en­vol­ver­se. Aun­que el anciano can­di­da­to no ve con bue­nos ojos esa intro­mi­sión no tie­ne otra opción que acep­tar los hechos tal como se presentan.

A par­tir de ese momen­to el públi­co es tes­ti­go de la con­fron­ta­ción gene­ra­cio­nal que se pro­du­ce entre un hom­bre de la vie­ja guar­dia y un joven de la nue­va gene­ra­ción digi­tal imbui­do de las redes socia­les y de todas las carac­te­rís­ti­cas aso­cia­das a esos con­flic­tos de intere­ses como resul­ta­do de la mane­ra de pen­sar de dos gene­ra­cio­nes edu­ca­das en épo­cas com­ple­ta­men­te diferentes.

En esen­cia, los idea­les o pun­tos de vis­ta de este polí­ti­co acé­rri­mo inde­pen­den­tis­ta que ha vivi­do la eta­pa de la revo­lu­ción tran­qui­la de Que­bec no jue­gan tan­to en el desa­rro­llo de esta pie­za como la con­fron­ta­ción de idea­les que ani­man al madu­ro Rosai­re y Éric. Aun­que esa dife­ren­cia cul­tu­ral es pre­sen­ta­da de mane­ra super­fi­cial, lo que valo­ri­za a esta pro­duc­ción es la pues­ta en esce­na así como el desem­pe­ño de los acto­res. La vete­ra­na direc­to­ra Moni­que Ducep­pe impri­me un rit­mo lo sufi­cien­te­men­te flui­do como para man­te­ner el inte­rés del públi­co a lo lar­go de su desa­rro­llo; en cuan­to a los acto­res, siem­pre cons­ti­tu­ye un pla­cer ver actuar a Michel Dumont quien ofre­ce los mati­ces nece­sa­rios para trans­mi­tir la tra­ve­sía inte­rior de un hom­bre que a pesar de su gran luci­dez se encuen­tra des­en­fo­ca­do de la reali­dad polí­ti­ca actual; a su lado tan­to Pau­li­ne Mar­tin, como la asis­ten­te, Pie­rre-Fra­nçois Legen­dre como el repre­sen­tan­te de la nue­va gene­ra­ción y la bre­ve inter­ven­ción de Marc Legault como un vie­jo cama­ra­da de Rosai­re, com­ple­tan el efi­cien­te elen­co de esta agra­da­ble expe­rien­cia teatral.