DELIVERY MAN. Estados Unidos, 2013. Un film escrito y dirigido por Ken Scott
Starbuck, la exitosa comedia quebequense que hace dos años divirtió al público canadiense, tuvo buena repercusión en Estados Unidos al punto que Hollywood resolvió realizar la versión americana donde Ken Scott vuelve a asumir la dirección y el guión de Delivery Man, el nuevo título del film. El relato es prácticamente el mismo con algunos pequeños cambios que no llegan a alterar su esencia a pesar de que el idioma sea ahora inglés en lugar de francés y que tenga por escenario a Nueva York en vez de Montreal.
Como en el film canadiense la historia gira en torno de David Wozniak (Vince Vaughn), un hombre de poco más de cuarenta años, inmaduro, no muy responsable y trabajando sin mayor emprendimiento como empleado repartidor en la carnicería de su padre (Andrzej Blumenfeld). En su juventud había donado anónimamente su esperma a una clínica a cambio de una considerable suma de dinero, lo que generó el nacimiento de 533 personas sin que él lo supiera. Es ahora que 142 de las mismas se han dirigido a la justicia a fin de que David revele su identidad; ese hecho lo obliga a confrontar su pasado a la vez que su futura paternidad cuando la chica con quien está saliendo (Cobie Smulders) le anuncia que se encuentra en estado de gravidez.
Las complicaciones que sobrevienen matizan una historia que si por su premisa resulta más bien rebuscada, el realizador logra sazonarla con un clima de fantasiosa realidad conformando una comedia ciertamente liviana aunque más dramática que la del film original. Si Patric Huard ofreció una excelente caracterización del antihéroe en Starbuck, Vaughn, asumiendo ahora ese rol, demuestra que es un consumado actor de comedia y capaz de tocar la fibra sentimental del espectador, especialmente en una escena en que David visita a uno de sus numerosos hijos (Sébastien René) que reside en un hogar para personas discapacitadas. En papeles de apoyo se lucen Blumenfeld como el cálido inmigrante padre polaco de David así como Chris Pratt quien animando al abogado y mejor amigo del anónimo donante genera algunas de las escenas jocosas del relato.
Conclusión: Celebrando los valores de la paternidad ante circunstancias decididamente improbables, Scott sin aportar algo nuevo logra no obstante entretener con un relato que tiene momentos tiernos con un desenlace emotivo de un padre saliendo al encuentro de sus hijos desconocidos. Jorge Gutman