DIEGO STAR. Canada-Bélgica, 2013. Un film escrito y dirigido por Frédérick Pelletier
De tanto en tanto surgen agradables sorpresas en materia de cine como la que depara el realizador Frédérick Pelletier en Diego Star, su primer largometraje que ya ha sido visto en diversos festivales internacionales y merecido varios premios. El film encara la injusticia social que un honesto trabajador debe sufrir por ser íntegro al no permitir que las mentiras oculten la verdad de los acontecimientos.
Diego Star es el nombre de un buque de carga ruso que navegando por el río Saint-Laurent se ve obligado a anclar en el puerto de Lévis, una pequeña ciudad ubicada al este de la provincia de Quebec, debido a problemas técnicos de considerable alcance. Tanto los marineros que integran la tripulación como Traore (Issaka Sawadogo) que se desempeña como asistente ingeniero, son acusados por las averías surgidas; desde un comienzo queda claro que la falta debe ser achacada a los propietarios del barco por la negligencia de no haber reparado piezas fundamentales que Traore había advertido oportunamente previendo los daños que podían surgir.
Dentro del foco central explicitado previamente, simultáneamente el relato es matizado con la experiencia vivida por Traore durante la forzada estadía en tierra, mientras el buque es reparado. La compañía naviera se ocupa de ubicarlo en el hogar de Fanny (Chloé Bourgeois), una humilde madre monoparental a quien la vida no la ha tratado como ella hubiera deseado y que trabajando en una cafetería local debe realizar grandes esfuerzos compatibilizando los horarios para atender a su hijito. A través de los días va surgiendo una fluida relación entre la anfitriona y su huésped, donde en varias ocasiones él se encarga de cuidar al infante mientras Fanny se ausenta; así entre los momentos de relativa intimidad que resultan placenteros de observar, el huésped se manifiesta a ella haciéndole conocer algunas referencias de su vida personal cómo la razón de haber dejado Abidjan, el lugar donde nació, para desempeñarse como marino y los sentimientos que le embargan por sentirse ausente de su propia familia. De este modo el film trasciende al presentar dos seres que necesitan de algún modo conectarse y sin que exista relación romántica alguna sino genuina compenetración entre ellos.
La historia alcanza niveles dramáticos, cuando frente a una investigación realizada por las autoridades canadienses sobre los desperfectos del navío, los compañeros de trabajo de Traore se ven forzados a admitir una culpa que no les corresponde a fin de salvar sus puestos, mientras que Traore por razones de dignidad y por respeto a sí mismo se adhiere a la verdad de los hechos denunciando a sus superiores sobre los daños ocasionados por negligencia; sin embargo, pagará un precio bien caro por su sinceridad cuando el capitán del buque le niega el pago del salario que le corresponde por su trabajo y encuentra que es drásticamente despedido, dejándolo de este modo librado a su suerte.
Aunque en muchos aspectos la explotación de los trabajadores maltratados por sus empleadores ya ha sido considerada por el cine, en este caso el problema se agrava al considerar que dicho abuso es realizado a inmigrantes dejados abandonados en tierra ilegalmente y sin la mínima consideración humana. Sin duda, tal como se percibe en el relato, el mensaje que el film ofrece es ciertamente perturbador al comprobar cómo el idealismo de una persona incorruptible puede conducirlo a su exclusión social.
Así como el foco central del film está magníficamente expuesto, también es importante destacar la historia secundaria del relato donde Pelletier ha logrado crear una magnífica autenticidad en la dinámica relación establecida entre Traore y Fanny. El film se valoriza además por la notable actuación de Sawadogo que prácticamente domina casi todo el relato así como por Bourgeois en un rol donde transmite mesura y sensibilidad; ambos intérpretes logran excelentes caracterizaciones de seres solitarios y emocionalmente vulnerables por las circunstancias que atraviesan.
Dentro de los factores técnicos de producción, resulta remarcable la fotografía de Philippe Roy captando el panorama invernal de Quebec y que se asocia armoniosamente al clima anímico de esta historia.
Conclusión: Además de ser uno de los mejores filmes canadienses de 2013 sobre la dignidad humana, Diego Star constituye una muy promisoria carta de presentación de su novel realizado. Jorge Gutman