Crónica de Jorge Gutman
L’ESPRIT DE FAMILLE – Autor: Éric Assous — Adaptación: Michel Tremblay – Dirección: Monique Duceppe – Elenco: Yves Bélanger, Anne Casabonne, Antoine Durand, Catherine Florent, Roger La Rue, Linda Sorgini, Catherine-Anne Toupin — Decorados: Normand Blais — Vestuario: Pierre-Guy Lapointe – Iluminación: Kareen Houde – Duración : 1h50 (sin entreacto). Representaciones: Hasta el 8 de febrero de 2014 en el Théâtre Duceppe (www.duceppe.com)
La compañía Duceppe concluye el año teatral con L’esprit de famille, una comedia que ya fue presentada exitosamente hace dos años en el teatro Rougemont. Éric Assous es un prolífico dramaturgo que evidentemente ya ha explorado en varias oportunidades el tema de la relación de pareja en la época que nos toca vivir.
Ciertamente, esta pieza no revoluciona el género de la comedia y tampoco intenta efectuarlo. Sin embargo lo que está claro es que con ingenio suficiente y sin pretender emular al genial Molière se puede elaborar una obra que a pesar de su liviandad deja cierto margen para la reflexión, además de ser lo suficientemente dinámica y divertida para que el público disfrute un par de horas con buenos comediantes.
Uno de los factores claves para que la fórmula propuesta por su autor funcione gratamente en Quebec es que con inteligente criterio el texto original, típicamente francés, ha sido trasladado al medio de esta provincia. A pesar de la universalidad de su tema y de un idioma en común, hay actitudes, comportamientos y referencias de Quebec que se distinguen de la cultura de Francia; es por ello que gracias a la excelente adaptación del talentoso Michel Tremblay, resulta más sencillo lograr una mejor empatía con personajes de fácil identificación.
Assous describe los lazos familiares que unen a tres hermanos casados de los cuales uno de ellos junto con su esposa que han recientemente comprado una casa de campo, invitan a los otros dos con sus respectivas señoras para una cena con el propósito de celebrar el acontecimiento. La alegría inicial del encuentro prosigue hasta el momento de la llegada intempestiva de una seductora visitante bien conocida por los hermanos y que siembra la sospecha generada entre las concuñadas por la conducta de sus maridos; de ese modo se quiebra el clima de bienestar familiar que había imperado hasta ese entonces.
A través de la excusa del adulterio masculino y de su réplica mediante la venganza femenina, el autor sumerge al espectador en una efectiva comedia donde los recelos, desconfianza, celos, mentiras y secretos bien guardados conducen a acontecimientos de cierta vertiginosidad que gracias a la dinámica puesta en escena de Monique Duceppe permiten que el espectador disfrute sanamente con esta producción teatral. Con personajes coloridos bien delineados pero sin caer en estereotipos caricaturescos, diálogos mordaces y situaciones genuinamente hilarantes animados por un elenco homogéneo de muy buen nivel, he aquí una comedia costumbrista que sin ser profunda satisface plenamente en su análisis del delicado equilibrio que es necesario mantener frente a situaciones inesperadas que ponen a prueba el vínculo conyugal.