AMERICAN HUSTLE. Estados Unidos, 2013. Un film de David O. Russell
Después de Silver Linings Playbook (2012) el realizador David Russell encuentra en American Hustle otro vehículo para confirmar su talento en la dirección de actores abordando un tema basado en el escándalo “Abscam”; eso tuvo lugar en los últimos años de la década del 70 y principios de la siguiente, cuando agentes del FBI utilizaron a Mel Weinberg, un artista convicto, para una operación que tenía por objeto desenmascarar a algunos oficiales del gobierno así como a un cierto número de congresales que aceptaban coimas a cambio de favores políticos. Este relato de ficción basado en un guión escrito por el realizador y Eric Warren Singer, sigue en parte el desarrollo de esos acontecimientos aunque Russell no apuesta tanto al drama sino más bien al género de comedia donde en muchos aspectos trae reminiscencias de The Sting (1973), un muy buen film de George Roy Hill con Paul Newman y Robert Redford caracterizando a dos simpáticos estafadores.
La trama sigue los pasos de Irving Rosenfeld (Christian Bale), un hombre que se dedica a timar a otros individuos vendiendo obras de arte falsificadas, además de explotar una cadena de lavanderías de la cual es dueño. En una reunión social conoce a Sydney Prosser (Amy Adams), una hermosa e inteligente mujer con quien mantiene de inmediato una gran afinidad que servirá como preámbulo de una relación sentimental; al poco tiempo, Sydney se convierte en la socia “profesional” de Irving, adoptando la personalidad de una distinguida aristócrata británica experta en el mundo de las finanzas para atraer a incautos inocentes. Cuando todo parecía marchar magníficamente bien, Richie DiMaso (Bradley Cooper), un agente de la FBI, les descubre su juego y al encontrarse arrinconados, evitan ir a la cárcel con la condición de colaborar con la agencia para tratar de desenmascarar a ciertos políticos deshonestos que incluyen a algunos parlamentarios del Congreso de los Estados Unidos.
Para comenzar con el trabajo que se les ha asignado, Irving y Sydney entran en contacto con Carmine Polito (Jeremy Renner), un alcalde de muy buen corazón de New Jersey, quien necesita una importante suma de dinero para la instalación de un casino que podría generar un considerable número de empleos para la comunidad. De allí en más una situación conduce a la otra donde a la postre aparentes funcionarios respetables terminan mezclados con estafadores, mafiosos y otros delincuentes, para ilustrar un cuadro no muy estimulante de degradación ética y moral.
A pesar de que la corrupción, manipulación, engaños y deslealtades están presentes en la conducta de la mayoría de los personajes, Russell prefiere seguir una ruta diferente a la tradicional para mostrar algunos de sus rasgos positivos; así en la descripción que realiza de los mismos, evita la esquematización para en cambio ilustrar su complejidad, ambigüedad e inseguridad personal, convirtiéndolos de este modo en convincentes seres humanos no exentos de bondad. Eso se aprecia claramente en el caso de Irving y Sydney, dos personas que tratan de modificar sus vidas a través de la sólida historia de amor que los une.
Ciertamente la trama del film puede resultar un poco familiar además de innecesariamente complicada, pero lo que aquí importa es la forma dinámica en que Russell relata esta desmesurada historia dotándola de una extraordinaria fluidez a través de situaciones divertidas e imprevisibles que se van sucediendo y sazonados con ingeniosos diálogos. El elenco del film es sencillamente maravilloso e incluye algunos nombres que ya han colaborado con el director en sus filmes precedentes como ocurre con Christian Bale y Amy Adams en The Fighter (2010) y Bradley Cooper, Jennifer Lawrence y Robert De Niro en Silver Linings Playbook (2012). Bale aporta simpatía y encanto a su rol de irresistible truhán así como Adams es la perfecta seductora y confidente que termina conquistándolo. Cooper brinda energía y vitalidad a su papel de ambicioso agente federal y en parte su personaje proporciona algunas de las mejores secuencias del film. En papeles de apoyo es un deleite contemplar a Lawrence quien demostrando que es una de las intérpretes más capaces de su generación se sumerge de lleno en la irreprimible, manipuladora y exasperante esposa distanciada de Irving quien con su conducta gravita decisivamente en el devenir de los acontecimientos; también resulta convincente la participación de Renner como el bien intencionado político cuya decencia se ve confrontada con ambiciones que terminan implicándolo en el escándalo convirtiéndolo de este modo en una víctima colateral del mismo. Finalmente De Niro, quien no aparece en los créditos del film, en escasos minutos de aparición da nuevas muestras de su tradicional desenvoltura animando a un peligroso mafioso que maneja muy bien el idioma árabe.
En los renglones técnicos merece destacarse a Judy Becker quien como diseñadora de producción logra una satisfactoria recreación del ambiente vivido durante los comienzos de los años 80, la lograda fotografía de Linus Sandgren y el aporte musical de Danny Elfman.
Conclusión: En líneas generales, Russell ofrece un film muy agradable con la participación de un conjunto de excepcionales actores que dan vida a extravagantes y coloridos personajes. Jorge Gutman