HER. Estados Unidos, 2013. Un film escrito y dirigido por Spike Jonze
Decididamente original en su planteo, el tema de este film escrito y dirigido por Spike Jonze sumerge al espectador en una fantasía que transcurre en el futuro donde es posible que el mundo real de esa época pueda superar a la imaginación concebida en la historia aquí propuesta.
Protagonizado por Joaquin Phoenix, el film lo presenta como Theodore, un hombre de bajo perfil pero de gran afectividad que vive en Los Ángeles y se encuentra recientemente separado de su esposa Catherine (Rooney Mara). Teniendo a Amy (Amy Adams) como su mejor amiga, profesionalmente se dedica a redactar electrónicamente cartas de amor para terceras personas; entre las muchas se destaca la que escribe en nombre de una mujer que le envía un cálido mensaje a su marido en ocasión de la celebración de las bodas de oro. El mundo cambia para él cuando mediante un avanzado sistema operativo de su computadora logra entablar contacto con “Samantha” (Scarlett Johansson), un personaje virtual de inteligencia artificial que dotada de una encantadora voz y dueña de una gran intuición, llega a compartir con Theodore un nivel de sensibilidad común. El afable escritor encuentra en ella su alma gemela que le ayuda a revisar sus trabajos de redacción y además contribuye a levantar su estado anímico. Así, comienza una improbable relación amistosa que al poco tiempo cede paso a un vínculo amoroso nada convencional.
Dada esta interesante premisa que motiva el desarrollo de todo el film, resulta destacable puntualizar que lo que aquí se presencia es algo más que una satisfactoria comedia fantástica; en efecto, el director ha logrado una historia que cobra vuelo, demostrando cómo la tecnología es capaz de permitir que una comunicación del hombre con una máquina pueda resultar sustancialmente más humana que el contacto que puede producirse con los de su misma especie.
Sin duda este intrigante relato de Jonze anticipa el grado de alienación a la que podrían quedar sometidas las generaciones futuras. Bastaría olvidar que Samantha es una persona inexistente para suponerla real y comprobar hasta qué punto tanto ella como Theodore son en el fondo dos seres solitarios que logran comunicarse emocionalmente a través de la intimidad amorosa, en una ciudad completamente despersonalizada por la avanzada tecnología vigente.
Con un guión excelentemente escrito y una fluida dirección que no permite que el relato decaiga a pesar de estar centrado fundamentalmente en dos únicos personajes donde uno de los mismos resulta invisible, el público contempla un film decididamente inteligente y provocativo. Tanto Phoenix como el escritor tierno, melancólico y vulnerable, como Johansson aportando exclusivamente su sugestiva voz, logran que esta historia cobre inusitada espontaneidad así como una vibrante intensidad capaz de suscitar legítima emoción.
Sin duda, Her se presta a la reflexión y al debate sobre todo cuando bastaría contemplar lo que actualmente está ocurriendo con los gigantescos adelantos tecnológicos donde el uso de los teléfonos inteligentes impulsa a que gran parte de la sociedad actual quede sometida por completo a su uso sin tener una cabal idea de la realidad externa que la circunda. De allí que esta fantasía posiblemente resulte aún más realista que la imaginada por la pluma de Julio Verne quien con su literatura de ciencia ficción predijo el extraordinario avance tecnológico que tuvo lugar en el siglo pasado. A lo mejor, Jonze está recorriendo un camino parecido vaticinando lo que habrá de acontecer a nivel humano en el futuro próximo.
Conclusión: Un film único en su género y decididamente recomendable por su originalidad y calidad. Jorge Gutman