THE INVISIBLE WOMAN. Gran Bretaña, 2013. Un film de Ralph Fiennes
Abordando un episodio trascendente en la vida de Charles Dickens pero poco conocido, Ralph Fiennes en su doble condición de director e intérprete logró un bello drama de época que además de su naturaleza romántica también constituye un eficiente retrato del mundo literario y teatral de la Inglaterra de mediados del siglo 19.
Fiennes se nutrió del libreto preparado por la guionista Abi Morgan quien demostró poseer una exquisita sensibilidad femenina en la adaptación que efectuó del libro biográfico de Claire Tomalin (1990) donde se narran los amores ilícitos de Nelly Ternan con Dickens.
El relato comienza en 1885 en Margate, una ciudad costera de Inglaterra, donde Nelly (Felicity Jones), está en los preparativos de dirigir una pieza escrita por Dickens y Wilkie Collins en la escuela local donde su marido (Tom Burke) es el director. Es ahí donde ella no puede dejar de recordar acontecimientos que marcaron sus años de juventud a partir del momento en que conoce al célebre novelista. A través de flashbacks la acción retrocede a 1957, donde Nelly de 18 años de edad tiene la oportunidad de actuar junto a su madre (Kristin Scott Thomas) y hermana (Perdita Weeks) en una producción teatral de Collins (Tom Hollander) que es dirigida e interpretada por el autor de Oliver Twist (Fiennes). Dickens, en ese entonces un hombre de 45 años casado con Catherine (Joanna Scanlan) y padre de 10 hijos, queda impresionado por la joven y a su vez ella no puede menos que guardar una considerable admiración por una personalidad literaria que en ese momento se encontraba en la cumbre de su carrera como novelista.
Uno de los aspectos distintivos de este relato es la sutileza con que está expuesto el complejo vínculo sentimental de Nelly y Dickens que va desarrollándose en forma lenta pero segura frente a un escenario especial. Al comienzo de la relación, el escritor ya mantiene un distanciamiento con su esposa donde la diferencia existente a nivel intelectual contribuye a que no la quiera más; de allí que su acercamiento a Nelly le permite descubrir a una persona diferente, que sabe consustanciarse con él y apreciar su trabajo. A todo ello, la joven desea mantener un vínculo platónico porque Dickens de ninguna manera está dispuesto a casarse con ella; eso se debe a que el reputado escritor, bien conocido por sus inquietudes sociales y por la defensa de los valores familiares, no está dispuesto a transgredir las convenciones de la moral victoriana vigente que puedan mancillar su reputación. De ese modo, cuando finalmente se consuma el amor entre ambos, Nelly se resigna a aceptar el adulterio con total discreción y quedar relegada a la condición de la invisible mujer amada por el dramaturgo; de ahí en más, ella será la sombra que alimentará en él toda su pasión y energía de vida durante los 13 años que precedieron su muerte en 1870.
Si bien Fiennes contó a su favor con un insuperable guión, no menos importante es que supo dotar al film de una considerable solidez tanto en lo que concierne al modo de ser relatado como también por las notables interpretaciones que obtuvo del calificado elenco comenzando por sí mismo. Caracterizando a Dickens, logra dotarlo de tremenda fuerza, transmite su pujante brío a la vez que permite exteriorizar su egocentrismo así como su represión emocional en el apasionado amor que siente por la joven y que debe mantenerlo en estricto secreto. Animando a Nelly, Jones ofrece una consagratoria composición que despierta simpatía y conmiseración como la encantadora mujer que habiendo caído bajo el hechizo del famoso novelista, queda confinada a una vida disimulada y apartada impuesta por el amor que siente por aquél; asimismo, la actriz también trasciende en la variada gama emocional que ofrece como la persona que habiendo reorientado su vida después de la muerte de Dickens y formado un hogar, aún se encuentra acosada por los recuerdos del pasado. En un papel de apoyo, es destacable la participación de Scanlan ofreciendo una conmovedora y desgarrante composición de la simple pero comprensiva esposa del escritor a quien durante la vida en común le brindó su incondicional apoyo y que a pesar de haber sido una buena madre evidencia un profundo dolor al prohibírsele mantener contacto con sus hijos después de su separación.
La fotografía de Rob Hardy así como los diseños de producción de Maria Djurkovic recrean adecuadamente el marco ambiental en que transcurre esta historia.
Conclusión: Un hermoso drama romántico donde Fiennes permite que el público fácilmente se involucre con la suerte de sus contradictorios y humanos personajes. Jorge Gutman