LE WEEK-END. Gran Bretaña, 2013. Un film de Roger Michell
Una amable y agridulce comedia es lo que Roger Michell ofrece en Le Week-end donde entremezcla armoniosamente el romanticismo prevaleciente en la gente de avanzada mediana edad con las desinteligencias propias que suelen producirse.
El guión de Hanif Kureishi se centra en el matrimonio inglés integrado por Nick (Jim Broadbent), un profesor universitario, y Meg (Lindsay Duncan), una maestra de escuela. Habiendo vivido y compartido sus vidas durante 30 años, deciden celebrar el aniversario de bodas pasando un fin de semana en París. Ciertamente, se trata de una ocasión en que la pareja podrá reavivar la pasión amorosa de los años de juventud; de allí que Nick haya reservado el mismo hotel donde pasaron su luna de miel. Sin embargo, al llegar a destino surgen las primeras diferencias entre ellos cuando Meg expresa su descontento al ver las condiciones decaídas del establecimiento y fuerza a Nick a desplazarse a otro hotel de mayor confort aunque también más costoso. A partir de allí, el film se interna en un terreno más espinoso al surgir conflictos entre las partes manifestados a través de recriminaciones y resentimientos mutuos por acontecimientos pasados y presentes que humanamente resultan fáciles de comprender.
El relato atrae por el análisis realizado sobre de los compromisos y concesiones que tienen lugar en la convivencia conyugal y los motivos que justifican seguir viviendo en pareja. Al propio tiempo la trama tiene su arista melancólica al comprobarse cómo algunos de los sueños o ideales alentados por Nick en sus años jóvenes resultaron incumplidos.
Aunque de modestos alcances, esta comedia sin ser sentimental se distingue por su honestidad, calidez, sentido del humor, buenos diálogos como así también por las buenas actuaciones de Duncan, Broadbent y Jeff Goldblum, éste último animando a un viejo amigo americano de Nick que vive en París. De gran ternura es el afectuoso homenaje que Michell tributa a Jean Luc Godard de su film Bande à part que se manifiesta en la escena final del relato.
Conclusión: Una agradable historia de amor de gente madura que enfocando los altibajos propios que puede experimentar un matrimonio trata de demostrar las razones que justifican seguir viviendo juntos. Jorge Gutman