MILLION DOLLAR ARM. Estados Unidos, 2014. Un film de Craig Gillespie
Esta película responde a aquéllas que dejan una agradable sensación de bienestar porque contribuye a reanimar el espíritu y además porque es siempre estimulante contemplar a personajes sanos y de noble espíritu como algunos de los que se encuentran aquí.
Basado en una historia real de J. B. Bernstein, un agente deportivo que trató de revitalizar su empresa a través de un curioso recurso, el realizador Craig Gillespie aprovecha a su favor el buen guión de Tom McCarthy para ofrecer en poco más de dos horas un relato emotivo con reminiscencias del oscarizado film británico Slumdog Millonaire (2008).
Tratando de mantener a flote la compañía que posee en California junto con su socio Aash (Aasif Mandvi), Bernstein (Jon Hamm) es consciente sobre la necesidad de encontrar una rápida solución para localizar buenos beisbolistas que satisfagan a sus clientes. Como la imaginación agudiza el ingenio, después de haber visto por la televisión el excelente desempeño de muchachos de la India jugando al criquet, Bernstein cree que de allí podrían obtenerse buenos lanzadores de béisbol profesionales para trabajar en los Estados Unidos. A fin de implementar su idea, decide viajar a Mumbai junto con un cascarrabias descubridor de nuevos valores (Alan Arkin) para organizar un Reality Show; el propósito es que a través de una singular competencia a nivel nacional denominada “Million Dollar Arm” se encontrará un eficiente candidato beisbolista que podrá tener la oportunidad de viajar a los Estados Unidos e ingresar a una de las más importantes ligas de dicho deporte.
Después de haber seleccionado a dos jóvenes finalistas, Rinku Singh (Suraj Sharma) y Dinesh Patel (Madhur Mittal), contando con la ayuda de un entusiasta asistente y traductor indio (Pitobash), Bernstein retorna con el grupo a Los Ángeles.
A partir de allí, comienza el proceso de preparación de los muchachos a cargo del entrenador beisbolista Tom House (Bill Paxton) así como la adaptación de Rinku y Dinesh a un medio cultural tan diferente al del ambiente humilde al que pertenecen en su ciudad natal. Si bien la historia es predecible, porque los que siguen las vicisitudes del béisbol americano saben de antemano su desenlace, Gillespie trata de evitar los estereotipos del género mostrando por el contrario los rasgos de dignidad y honestidad que animan a estos adolescentes indios que van descubriendo ante sus ojos un mundo completamente nuevo y sorprendente con sentimientos ambivalentes; así, la dinámica existente en la gran metrópoli donde acaban de llegar les resulta sorprendente e incluso excitante pero al propio tiempo les produce una cierta alienación y confusión de valores que les hace recordar con nostalgia el terruño del cual provienen. Esa misma humanidad destila en el resto de los personajes comenzando por Bernstein quien con su personalidad carismática logra infundir una ternura insospechada, después de haber dejado de lado una actitud inconscientemente egoísta para llegar a comprender y lograr que Rinku y Dinesch puedan finalmente adquirir mayor confianza en sí mismos.
La presencia femenina se manifiesta en Brenda, (Lake Bell), una joven doctora quien con su actitud generosa y comprensiva logra ganarse con facilidad la simpatía y afecto de Rinku y Dinesh como así también el corazón de Bernstein.
Siendo este film un producto de los estudios Disney, podría quizá esperarse un poco de sentimentalismo artificial; sin embargo eso no ocurre aquí, porque a pesar de tratarse de un relato que trata de atraer con su encanto y dulzura a la familia en su conjunto con la genuina inocencia de los jóvenes indios, el film ilustra con honestidad la colisión cultural existente entre Mumbay y Los Ángeles, como así también la voluntad sincera de dos muchachos deseosos de representar con orgullo a su país dentro de las grandes ligas americanas de béisbol.
Conclusión: Una comedia deportiva que aunque no innove en el género está inspirada en buenos sentimientos a través de un relato bien narrado que se asemeja a un emotivo cuento de hadas, excepto que en este caso todos sus personajes son reales. Jorge Gutman