El Fes­ti­val de Fan­ta­sía pre­sen­ta 1987

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

1987. Cana­dá, 2014. Un film escri­to y diri­gi­do por Ricar­do Trogi

Des­pués de 1981 (2008), un rela­to auto­bio­grá­fi­co del rea­li­za­dor Ricar­do Tro­gi narran­do las expe­rien­cias vivi­das cuan­do tenía 10 años, aho­ra pro­si­gue en 1987 narran­do epi­so­dios acon­te­ci­dos a los 17 años una vez con­clui­dos sus estu­dios secun­da­rios en la ciu­dad de Que­bec. A dife­ren­cia del film ante­rior, el pre­sen­te ilus­tra una visión de su vida en el pro­ce­so de cre­ci­mien­to y tran­si­ción de la ado­les­cen­cia a la adultez.

Una escena del film 1987

Una esce­na del film 1987

Trog­gi pre­sen­ta a Ricar­do (Jean-Carl Bou­cher), cuyas preo­cu­pa­cio­nes mayo­res en 1987 con­sis­ten en tra­tar de lograr su pri­me­ra expe­rien­cia sexual con su novie­ci­ta Marie-Josée (Eléo­no­re Lamothe), tener un coche para usar­lo con sus ami­gos (Lau­rent-Chris­tophe de Rue­lle, Simon Pigeon, Pier-Luc Funk) y tra­tar de dis­fru­tar lo mejor de la vida como poder fre­cuen­tar los bares noc­tur­nos de la ciu­dad. Sin embar­go, no todo será rea­li­za­do fácil­men­te, ya que la vir­gi­nal Marie-Josée quie­re estar segu­ra que él está fir­me­men­te ena­mo­ra­do de ella antes de ceder a sus reque­ri­mien­tos, por otra par­te encuen­tra el obs­tácu­lo de no tener aún 18 años para lograr el acce­so al bar y final­men­te se encuen­tra con la pre­sión de su padre (Clau­dio Colan­ge­lo) que desea ver­lo tra­ba­jar en una ocu­pa­ción que aun­que tem­po­ra­ria le brin­de esta­bi­li­dad ade­más de res­pon­sa­bi­li­dad en la nue­va eta­pa de adultez.

El rea­li­za­dor logra un rela­to diná­mi­co cap­tan­do cla­ra­men­te la inma­du­rez de un ado­les­cen­te que renuen­te a tra­ba­jar for­mal­men­te desea abrir una dis­co­te­ca para meno­res de 14 a 18 años aun­que no dis­pon­ga los medios finan­cie­ros para hacer­lo. Cedien­do a la pre­sión fami­liar final­men­te se ve obli­ga­do a acep­tar un tra­ba­jo como valet en el res­tau­ran­te de un ami­go de su padre don­de éste se desem­pe­ña tocan­do el acor­deón para los comen­sa­les; sin embar­go esa expe­rien­cia sola­men­te dura­rá una noche cuan­do con abso­lu­ta fal­ta de res­pon­sa­bi­li­dad pro­du­ce daños al coche de uno de los clien­tes del esta­ble­ci­mien­to, al dis­po­ner­lo para un paseo con sus ami­gos que cul­mi­na en un acci­den­te que daña el vehícu­lo. El epi­so­dio que enfren­ta al hijo con su padre brin­da algu­nos de los pocos momen­tos emo­ti­vos del rela­to fren­te a un Ricar­do que de nin­gún modo desea seguir el rum­bo que adop­tó su pro­ge­ni­tor sin haber obte­ni­do suce­so como hones­to trabajador.

En todo momen­to la his­to­ria narra­da tra­ta de adop­tar un tono joco­so y lo que más resal­ta es la for­ma poco ama­ble en que la fami­lia de Ricar­do es des­crip­ta. Con una mira­da nada com­pla­cien­te hacia los suyos, el rea­li­za­dor expo­ne algu­nos este­reo­ti­pos de las fami­lias de ori­gen ita­liano como la suya con una madre (San­dri­ne Bis­son) que en lugar de hablar sue­le gri­tar en for­ma osten­to­sa para comu­ni­car­se con los suyos y una her­ma­na (Rose Adams) que no apa­re­ce en esce­na por­que en todo momen­to se refu­gia ence­rra­da en su habi­ta­ción. Si la visión de su fami­lia no es muy posi­ti­va, Trog­gi tam­po­co es gene­ro­so con­si­go mis­mo cuan­do des­cri­be al inma­du­ro Ricar­do como un ladron­zue­lo de las radios de coches aje­nos para jun­tar dine­ro sin nece­si­dad de trabajar.

El rela­to es pre­vi­si­ble y no hay nada que lo dis­tin­ga ni que supere a otros fil­mes sobre el mis­mo tema. La gran dife­ren­cia es que al ser auto­bio­grá­fi­co y narra­do en off por el rea­li­za­dor, sor­pren­de su auda­cia al reve­lar deta­lles ínti­mos que otros en su lugar hubie­sen omi­ti­do. Si hay algo por el que el film no alcan­za un nivel supe­rior es por ape­lar en muchas ins­tan­cias a situa­cio­nes gro­tes­cas para son­sa­car la son­ri­sa del espec­ta­dor y al uso de un len­gua­je per­sis­ten­te­men­te vul­gar y procaz.

La inter­pre­ta­ción de Bou­cher como alter ego del rea­li­za­dor es exce­len­te, en tan­to que el res­to del elen­co no des­en­to­na sal­vo la sobre­ac­tua­ción de Bis­son que adquie­re tin­tes cari­ca­tu­res­cos. En los deta­lles téc­ni­cos de pro­duc­ción es con­vin­cen­te la repro­duc­ción de la segun­da mitad de los años 80 en que se desa­rro­lla la acción.

LOS PRIN­CI­PA­LES PRE­MIOS OTOR­GA­DOS POR FANTASIA

Com­pe­ten­cia Ofi­cial:

  • Mejor Film: Uzu­ma­sa Lime­light de Ken Ochiai
  • Mejor Direc­ción: David Zell­ner por Kumi­ko The Trea­su­re Hunter
  • Mejor Guión: Billy Sene­se por Clo­ser to Gold
  • Mejor Inter­pre­ta­ción Mas­cu­li­na: Sei­zo Fuku­mo­to por Uzu­ma­sa Limelight
  • Mejor Inter­pre­ta­ción Feme­ni­na: Miyu­ki Oshi­ma por Fuku-Chan of Fuku-Fuku Flats
  • Men­ción Espe­cial: Cyber­na­tu­ral de Leo Gabriad­ze, por su logro téc­ni­co y con­cep­tual 

Pri­me­ras Obras:

  • Mejor Pri­mer Film: The Infi­ni­te Man de Hugh Sullivan
  • Men­ción Espe­cial: I am a Kni­fe with Legs de Ben­nett Jones

Mejor Lar­go­me­tra­je de Ani­ma­ción: 

  • Giovanni’s Island de Mizuho Nishikubo

Pre­mio de la AQCC (Aso­cia­ción de Crí­ti­cos de Cine de Que­bec):

  • Ex aequo a Killers de los her­ma­nos Mo y Ugly de Anu­rag Kashyape

Pre­mio Séquen­ces:

  • Cold in July de Jim Mickle

Pre­mio La Pan­ta­lla Fan­tás­ti­ca:

  • Pre­des­ti­na­tion de Peter y Michael Spierig