THIS IS WHERE I LEAVE YOU. Estados Unidos, 2014. Un film de Shawn Levy
Basado en la novela del mismo nombre de 2009 de Jonathan Tropper, quien también la adaptó para el cine, This Is Where I leave You es un film que además de ser anodino se asemeja a una situación de comedia mediocre cuya ausencia de inspiración sume al espectador en un letargo de aproximadamente 2 horas.
La reunión de familia provocada por el deceso de uno de sus miembros es la proposición de este film que curiosamente se asemeja a August: Osage County (2013) donde se efectúa un cuidadoso retrato de una familia americana completamente disfuncional frente a la muerte del patriarca familiar. Aquí ocurre algo parecido pero con la diferencia sustancial de que lo que se aprecia es un conjunto de situaciones que bordean en la caricatura y que impiden efectuar un análisis profundo de este relato.
El personaje eje de esta historia es Judd Altman (Jason Bateman), un productor radial que acaba de descubrir la infidelidad de su esposa y que sin alcanzar a recobrarse del hecho recibe un llamado telefónico donde se entera que su padre falleció. Como consecuencia decide inmediatamente regresar a su hogar de la infancia y acompañar junto con sus tres hermanos (Tina Fey, Corey Stoll, Adam Driver) a su excéntrica madre (Jane Fonda) para los funerales. Al llegar allí los hijos se imponen de que el fallecido quiso que la familia observara el ritual de la fe judía denominado shiva, donde después del entierro y durante 7 días los deudos reunidos puedan salir de la etapa de gran dolor recibiendo el consuelo de los familiares y amigos y de este modo estar mejor preparados para seguir adelante. Todo lo que acontece durante ese período de forzada convivencia está nutrido por situaciones nada convincentes en donde no faltan amores del pasado, frustraciones matrimoniales, enfermedades y otros incidentes expuestos en tono de pobre comedia dentro del neurótico grupo familiar.
Para un film que cuenta en su elenco a comediantes de nivel, además de la presencia de la veterana actriz Jane Fonda, el público podría aguardar algo más sustancioso; todos ellos son muy talentosos, sin embargo el insatisfactorio guión y la dirección poco dinámica de Shawn Levy impide que exista química alguna entre los personajes ni emoción alguna capaz de suscitar interés.
Conclusión: Un film ausente de agudeza que pretende ser irreverente y gracioso a partir de una premisa dramática pero que resulta fallido en su propósito. Jorge Gutman